miércoles, 4 de abril de 2007

Estocolmo

Hoy debería estar contento. ¿Por qué? Porque en la madrugada de mañana saldré camino a Estocolmo para pasar allí unos días. Dicen que una ciudad preciosa, digna de ser visitada y con muchas cosas para ver.

Pero la verdad, mi verdad actual, es que no siento felicidad ni ilusión para nada. Sólo pensar que tengo que hacer la maleta hace que sienta una pereza inmensa. No es por el destino, entendedme, puesto que si me gusta conocer la capital sueca. Es sólo que me gustaría conocerla pensando que en el resto de mi vida hay alguien aparte de mi familia que quiere mi felicidad y, lo que es más grande, que me quiere y le gusta estar conmigo y hacerme feliz. Y que hace que yo sienta lo mismo con respecto a él.

Sin embargo no es así: caminando por la bella Estocolmo, comprando en una tienda de recuerdos, haciendo una foto, cenando en un restaurante agradable o descansando en el hotel…no dejaré de sentir una enorme y amarga soledad en lo más profundo de mi corazón. Y así no hay quien disfrute no sólo de unas vacaciones sino de cada día de la vida.

No hay comentarios: