miércoles, 31 de enero de 2007

Un deseo sencillo

Las manos me pesan. Quiero desahogarme escribiendo un rato, pero hoy me cuesta mucho. Siento que todo seguirá igual durante mucho tiempo, y necesito que algo cambie alguna vez: que alguien –aparte de mi familia– se acuerde de que sufro, de que las horas pasan lentas y yo sigo sin ganas de reir, de que me gustaría recibir un e-mail o un mensaje de consuelo, o simplemente diciéndome que se acuerdan de mi y quieren saber como me va todo. Pero ni siquiera algo tan sencillo (y que para mi sería un rato de magia en medio de muchas horas tristes) me pasa. Y no lo entiendo. Creo que siempre he procurado y procuro dar lo mejor de mi (mi mejor sonrisa, aunque no sienta alegría para nada, o mi mejor regalo, cuando pienso que esa persona en realidad no lo merece) y, sin embargo, no recibo nada a cambio. Y no sé por qué. Siento que el resto del mundo, todas las personas que conozco menos yo, tienen una suerte distinta y alcanzan a tocar algo de felicidad de cuando en cuando. ¿Por qué no me pasa a mí?

martes, 30 de enero de 2007

Llorando de rabia y soledad

Llorar. Eso es lo que me pidió el cuerpo ayer por la noche. Las lágrimas bajaban lentamente desde mi ojo izquierdo al derecho. Como tantas otras noches. Tendido en mi cama. Hoy se lo he contado a la psicoterapeuta. Le dije que creí llorar por rabia y buscando alivio, con mucho más de lo primero que de lo segundo. Rabia por estar sólo (en el sentido amoroso del término, puesto que mi familia está siempre ahí), por no tener a mi lado a un chico con quien ir, por ejemplo, a ver una peli en versión original, especialmente ahora que falta poco para la noche de los Oscar.

Rabia por no ser capaz de fiarme de los demás, puesto que siento que antes o después me acabarán haciendo daño, burlándose de mí, no respetando mis decisiones, cuestionándome irrespetuosamente (desde que tengo uso de razón tengo recuerdos de faltas de respeto, de burlas, desde la guardería a la universidad, en diferentes grados…y eso se me ha grabado a fuego en la mente), haciéndome sentir débil, en definitiva.

Siento que los demás se creen con derecho a pasarme por encima, a no tenerme en cuenta, a hacerme sentir mal porque sí, arbitrariamente, porque Juan lo soporta todo, incluso que le hagan daño. Pero poco a poco, lunes a lunes, estoy aprendiendo a no ser así, a no dejarme pisar. Me llevará tiempo, pero espero conseguirlo. Ojalá con alguien a mi lado: cada vez lo necesito más.

lunes, 22 de enero de 2007

Debería dormir

Eso es lo que pienso ahora mismo. Debería irme ya a la cama para que mañana no me cueste levantarme para ir a la terapeuta (voy por la mañana). Pero siempre me pasa lo mismo: tiendo a llenar bastantes minutos de mi aburrida y solitaria (cuando digo solitaria, me refiero a sin pareja o sin amigos que me entiendan y no se rían de mí cuando yo les abro mi corazón) navegando por Internet hasta hartarme, leyendo un poco los periódicos y las noticias del día y también, como pequeño consuelo, buscando fotos buenas de mis heteros preferidos: ya sabéis... presentadores de televisión, actores, etc. Así por lo menos me deleito la vista por unos segundos y siquiera por un momento me olvido de que no tengo a nadie especial con quien compartir trocitos de mi vida. En fin. Mañana intentaré volver a escribir algo para desahogarme e intentar sobrellevar el inicio de otra semana sin ganas de vivir las horas que pasan. Saludos.

jueves, 18 de enero de 2007

Cosas sencillas que no tengo

Desde la última vez que pasé por aquí la Navidad ya ha acabado, los “Reyes” ya han pasado (afortunadamente y, tal como yo quería, no me han traido muchas cosas: no lo quería porque no que deseo tener son cosas inmateriales como amor, un trocito de felicidad y la capacidad de recuperar la confianza en los demás…) y las cosas siguen igual.
Presiento que este año se me hará también bastante duro, al igual que me lleva pasando desde hace unos cuantos. Muy probablemente (aunque este año, al comenzar a contarle a la psicoterapeuta todo lo que me preocupa, confío en sentir algo de alivio y tener más fuerza para afrontar la vida) este año no será muy diferente de los otros: seguiré sin un chico especial a quien querer, con quien ir a cenar a un sitio romántico o acercarnos al centro a ver una peli en versión original (hace tiempo que no voy a ver una peli así, porque ir sólo hace tiempo que se me hace muy cuesta arriba). No es mucho pedir, ¿verdad?

jueves, 4 de enero de 2007

Pastillas para dormir

Como podreis ver en mi anterior blog, llevo bastante tiempo deprimido. Las causas, variadas, se pueden resumir en dos: callar y ceder. Callar sobre que soy gay (aunque esto he empezado a decirlo), callar para evitar una discusión o un momento tenso, callar cuando en el colegio me llamaban "gordito" o se burlaban de mí, etc; y ceder, para que los demás se salgan con la suya, para que sigan pisándome, y, consecuentemente, para sufrir yo más.
Todo esto es lo que he sacado en claro en las primeras sesiones con la psicoterapeuta: si, amigos, voy al médico porque yo sólo no puedo salir de un círculo de soledad y tristeza que ya dura demasiado (en Estados Unidos es normal que la gente vaya periódicamente a contarle sus preocupaciones a un especialista y no sé por qué aquí es tabú o sinónimo de locura: no, yo no estoy loco, sino que soy una persona como cualquier otra que está pasando malos momentos). Entre otras cosas, ella me da unas pastillas para estar algo más animado y otras para dormir. Y, sin embargo, aquí estoy, casi a las cinco de la mañana sin mucho sueño, escuchando a Celine Dion por los cascos y preguntándome a mí mismo qué hago despierto a estas horas. En fin. Mañana os sigo contando. Un saludo.

martes, 2 de enero de 2007

Renovarse o morir

Hola! Hoy comienzo desde aquí una nueva versión de mi blog El Zurdo Entiende. Más que presentarme, prefiero que visiteis la web donde escribía todos mis antiguos posts (http://elzurdoentiende.motime.com), en la que tuve épocas más fructíferas, que han acabado dilatándose en el tiempo hasta dejarla prácticamente abandonada. Por eso, me propongo con este cambio a Blogger retomar la sana costumbre de dejar mis pensamientos e inquietudes (los de un homosexual que ha salido del armario para dos personas nada más -mi madre y una amiga de la universidad-, algo gordito -ojalá tuviese fuerza de voluntad para hacer algo de régimen- y con cierta alopecia hereditaria -¡¡¡malditos genes paternos!!!- que trato de frenar en la medida que puedo) y hacerlo con mayor frecuencia, esperando también llegar a un mayor número de gente. Estos son, nada más y nada menos, mis própósitos iniciales para este 2007. ¡Ojalá tenga fuerza o me deis fuerza para cumplirlos! Un saludo.