jueves, 4 de octubre de 2007

Escribir

Hoy podría ponerme a contaros qué tal en el par de días que he estado en Barcelona (bien, por cierto: haciendo algunas compras y comiendo mucho pan con tomate y cosas ricas, pero sin echarle un ojo a ningún catalán guapo, en fin), pero la verdad es que no me vienen las ganas.

No sé si es el bajón que solemos tener la mayoría de gente cuando volvemos de viaje y pensamos "me hubiera estado algún día más", o bien simplemente el pensar en lo que no tengo y me gustaría tener (energía para vivir el día a día, un chico que me consolara cuando estoy triste, y más cosas). En fin. Sólo eso. Hoy me cuesta escribir, pero lo había prometido y no quería dejar de poner unas líneas.

Espero tomarme mañana el día de otra manera.

Besos.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Extraño en mí

Hola. Ayer fui a ver la última peli de Jodie Foster, "La extraña que hay en ti". Trata de una mujer, Erica, a la que matan a su compañero delante de ella. Por ese motivo y por miedo ella decide comprarse una pistola (no tiene licencia de armas, así que se la compra a un tipo a escondidas en la calle), con la que irá vengando a su manera la muerte de su chico.

La peli está muy bien, con una actuación muy buena por parte de Jodie Foster, que no suele defraudar en las pelis que hace. Es un poco violenta, pero está bastante bien. Pero lo que no me gusta de la película es que hay quien pueda llegar a entender que está bien tener un arma en casa para defenderse, como ya pasa en EE.UU., con resultados no siempre buenos, la verdad. Es cierto que en la peli todos los que mueren, de una u otra manera no se merecían un destino muy diferente a ese, pero aun así yo veo que hay que tener cuidado con no tomarse la peli muy en serio, por lo que os he dicho.

En cuanto al título del post, es una adaptación del de la peli a mí: es que me siento así, extraño (como si no fuese yo verdaderamente), cuando tengo esas manías que os he contado alguna vez, o bien cuando me siento bajo de ánimo, que suele ser a menudo. Pero esto último, cada vez que veo un comentario a mis post, cambia por unos minutos y me hace esbozar una sonrisa. Gracias por eso.

Besos.

martes, 25 de septiembre de 2007

Hairspray

Hola. Os debía el resumen de la peli del viernes. Fui a ver "Hairspray", sí, la de John Travolta transformado en una mujer gorda. La peli es un musical que está muy bien. La historia va de una chica gordita que, en la ciudad de Baltimore (EE.UU.) de los años 60, vive la vida a través de la música que se lleva en aquel momento.

En su programa favorito hay un día dedicado a los bailarines de raza negra, que bailan separados de los blancos. Ella luchará a través de su pasión por la música y sus ganas de que el mundo sea distinto para hacer que esto cambie y todos bailen juntos, y las chicas de raza negra puedan optar a ser Miss Laca Adolescente.

Podría estar un buen rato escribiendo buenas cosas, pero os lo resumiré diciendo que "Hairspray" es una peli optimista, de esas que te hacen salir del cine más relajado, y con un montón de números músicales, todos ellos muy buenos.

Una última cosa sobre la sesión de cine del viernes: a mitad de la peli se fue la luz. Esto significó dos cosas, una mala y una buena. La mala: cuando volvieron a poner la peli la acción había avanzado algún que otro minuto, y -a pesar de que les avisamos de que esto era así- no nos hicieron caso. La buena: teníamos detrás a tres pedorras que no dejaban de hablar durante la peli -odio la gente que se cree que ver una peli en el cine es como hacerlo en el salón de su casa, comentando cada "jugada"-. Y cuando se fue la luz, creyeron que no iba a volver (además de que no les estaba gustando la peli) y se fueron. Genial, je.

Bueno, eso es todo. Espero que os animéis a ver la peli. Merece la pena.

Besos.

domingo, 23 de septiembre de 2007

La Noche Abarrotada

Hola. Como prometí, ayer fui a la Noche en Blanco. Quedamos en El Retiro. Estaba tan repleto de gente que no sabía si ibamos a encontrarnos, jeje. Una vez allí, quisimos ver el espectáculo del lago. Pero se oía tan poquito, había tanta gente viéndolo y fue tan soso, que la verdad es que nos decepcionó.

Luego salimos del parque entre la marea de gente e intentamos ver un espectáculo de “nubes” en la Puerta de Alcalá, cuando de repente nos vimos en medio de unos cuantos coches, porque todavía no habían cortado el tráfico por allí. Después seguimos en dirección a Cibeles. Allí, letritas en la fachada de Correos y recital de poesía (lo oímos desde fuera) en la Casa de América. Más y más gente. Uffff. Seguimos por Recoletos y escuchamos a una chica joven, bastante divertida, que cantaba como le venía en gana. Lluvia. Plaza de Colón. Música aparentemente desafinada. Supuestamente sirenas, como en el Retiro. Alonso Martinez: La Enana Marrón. Allí, un corto de cine con efectos especiales en directo y sin pies ni cabeza. Una paja mental, vamos.

Más tarde, en Gran Vía, en la fachada de la Telefónica, ventanas azules y palabras sueltas. Bonito. Andando por en medio de la calle. Cine Capitol: muy divertido, te invitaban a “ser una estrella”: salida de una limusina, fotos, entrevista con cámaras, histeria colectiva, guardaespaldas y todo ello viéndose en pantalla gigante. [Entonces llegan de repente un grupo de jóvenes antisistema, que no formaban parte del espectáculo, gritando “Madrid, anticapitalista”, y seguidos por la policía].

Luego, Casa del Libro. Paradita para mirar libros de cine. Y, por último, el Cine-Estudio del Círculo de Bellas Artes. con cuatro cortos de la Escuela Superior de Cine de Cataluña. Bastantes buenos. Un buen final. Aunque con algo menos de gente por todos lados hubiera estado aún mejor. Y con mejor organización también. Pero bueno, no se puede pedir todo.

Autobús. Agobiante y lento. Fin.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

"No miedo"

Este es el título (gramaticalmente incorrecto -debería ser "Sin miedo"-) de un libro que venía de regalo con una revista que había en el quiosco. Me ha llamado la atención y la he comprado, con la esperanza de que diga algo útil que me sirva para no ir con miedo por la vida. Me gustaría repetirme como un mantra esas dos palabras: a ver si lo hago. Voy por la vida con inseguridad, muy a mi pesar, causada por experiencias negativas acumuladas durante años que se me quedan grabadas a fuego en la mente y el corazón.

Me gustaría ser más positivo, darle más importancia a las cosas de la vida que la merecen, ser capaz de fiarme mucho más de la gente, y no esconderme y hacerme pequeñito detrás de las manías que me persiguen. En fin.

Al menos, gracias a vosotros, cuando veo comentarios a mis posts, me da un momento de subidón que me sienta muy bien. Gracias por estar ahí.

Bueno, os dejo que me espera el Doctor Vilches y también el trabajador social del "Hospital Central" y un médico nuevo que está interpretado por el hijo de Carles Francino, el de la radio. Ayyyy, ya que fuese verdad que me estuviesen esperando todos estos tiarrones, jeje.

¡¡¡¡¡¡Muchos besos!!!!!!

lunes, 17 de septiembre de 2007

En tu WiFi me colé

Hola. Con este título a lo Mecano os cuento que tal a ido el finde: el viernes por la noche, en vez de cine (como de costumbre), cena en un restaurante argentino (como sabéis, me encanta ese acento...aunque no había ningún camarero guapo de por allí) y luego una coca-cola. Como a Calalola, me encanta la carne poco hecha, pero por la noche la verdad es que prefiero no tomarla, porque la digestión se hace muy pesada. En cambio, si me tomé pasta muy buena y un tiramisú -cada vez que voy a un restaurante que tiene este postre, no puedo pasar sin probarlo, jeje-.

El sábado, en cambio, fue día de remolonear y por la tarde postear, jeje. Y después, salir a comprar y los periódicos y a dar una vuelta de compras: me encapriché de una camisa muy bonita de Zara (cuando hace unos años no podía comprar nada allí: estoy gordo, pero con una XL me vale, o sea que no lo estoy tanto) y no pude evitar comprármela. ;D

El domingo: periódicos, desayuno en Hespen y Suárez (una tienda con buenos productos, que si estáis en Madrid a lo mejor conocéis: hay varias), un ratito -ejem...- de Internet y luego una peli. La peli de la semana de la Primera (es que me daba en la nariz que en el basket perderían, y preferí no verlo, la verdad). El Pianista: muy triste (ayyy, si es que soy masoca), pero está muy bien la peli y, sobre todo, Adrien Brody, que se mereció el Oscar que ganó.

Además, hoy, algo más de navegación gratuita, jeje.

Y ahora explico el título del post. Mi PC tiene antena WiFi, y hasta ahora no la había usado, pero este finde me dió por mirar las redes disponibles en mi entorno, y encontré una que no tenía la seguridad habilitada. Es decir, que está abierta. Así que me dije...por qué no cambiar durante un ratito mi conexión de banda estrecha (diréis "¿a estas alturas de la peli no tienes ADSL?": no, pero la razón es la siguiente: en mi zona -aunque vivo en un barrio del norte de Madrid capital, así están las cosas- sólo tiene cobertura Telefónica...y la verdad es que me niego a contratar nada con ellos: son un poco careros) por algo más de velocidad? Así que he aprovechado y me he descargado el catálogo de IKEA (que de la otra manera hubiese tardado horas) y algunos otros PDFs, además de ver algún video de You Tube (a las ordenes, Sonia, ;D).

¡Besoooooos!

sábado, 15 de septiembre de 2007

Un poco de mí

Hola, ahí va un poco de "desnudo" sobre mí:

-Mis manías: montoooooooones, con la diferencia de que yo no puedo pasar sin la mayoría de ellas: lavarme las manos a menudo, coger de un montón el periódico o la revista de enmedio (en un kiosco) o el CD-DVD-libro de enmedio (en una tienda; además los miro y remiro para ver si estan bien tirando a casi perfectos, je), tocar lo menos posible -o incluso no tocar- el pomo de una puerta, del ascensor...o cualquier cosa que sepa casi seguro que ha tocado mucha gente....Bueno, podría seguir, pero estas son algunas.

-Mis desvaríos: comerme la cabeza mucho por todo, incluso por las manías, tender a ver más el lado negativo que lo positivo de las cosas (aunque vosotros me estaís ayudando poco a poco a ver lo bueno), no fiarme -en general, con excepciones- mucho de la gente, porque pienso que a la mínima me harán daño -y eso me hace sentirme en riesgo y vulnerable- (también eso me estáis ayudando a cambiar poco a poco, con vuestros ánimos) y por eso mismo no tener energía para salir de casa para trabajar o divertirme. En fin.

-Qué me gusta: la gente buena, la gente positiva (para ver si se me pega algo, je), el/la dependiente que me regala una gran sonrisa y un trato agradable (¡¡¡es tan poco común!!!)cuando voy a comprar algo, viajar, las ciudades con mar (aunque la mía no lo tiene, je) como Barcelona, el agua fresquita del Atlántico, aprender idiomas (aunque últimamente los tengo abandonados), la gente abierta, los presentadores guapos de la tele...

-Lo que odio: la hipocresía, la mentira, los/las dependientes maleducados/as, la gente maleducada y mala en general, la COPE (que mi padre pone en el coche) y su obsesión por decir "lindezas" (léase burradas o falsedades) de los gays, la arena de la playa -hace unas semanas descubrí en Barcelona la solución ideal: en el Parc del Fòrum, una zona de baños con agua de mar fresquita (a pesar de ser el Mediterráneo), sin mucha gente y sin arena-, la mala fe, las discusiones sin razón y con argumentos sin razonar. Y podría seguir, pero me paro aquí.

Besos.

sábado, 8 de septiembre de 2007

Match Point

Hola. El jueves de madrugada (con esto de que no tengo ánimo para trabajar –no sé si hablé de ello en algún otro post– es que suelo acostarme a las mil, sobre todo últimamente) me puse a ver Match Point, de Woody Allen, que me compré el otro día a muy buen precio en el M.Markt. No está nada mal la peli, por varias razones:
-El prota (Jonathan Rhys Meyers) tiene un polvazo que no veáis, y también un poli que sale en la peli y que tiene un aire a Luis Tosar.
-Es muy entretenida. Me quedo con el principio de la peli, con lo que dicen de que en la vida, si tienes suerte, la pelota suele caer del otro lado de la red, aunque hay veces que se queda del lado de uno, y pierdes. Me parece una metáfora muy verdadera. Aplicándola a mi vida, siento que muy pocas veces la pelota ha pasado al otro lado. Aunque para eso hay que tener energía y ganas de jugar el partido, cosa que no suele ser así.

En resumen, que me gustó mucho la peli. Ayer me ví otra, saliendo con mi hermana y su novio (rápido ha vuelto la costumbre, aunque eso no quiere decir que mi hermana se haya “bajado del burro” ni haya cambiado de repente, si quiera un poquito, su manera de ser un tanto brusca…). En fin. Vimos “Sigo como Dios”, que es bastante divertida. Me gustó (dejando aparte los efectos especiales con los que les gusta a los de EEUU demostrar toda la pasta que tienen para hacer cine), sobre todo por el rollo ligeramente ecologista que destila la peli. Otra cosa que me hizo pensar y que me puso un poco triste fue lo que dice Dios-Morgan Freeman sobre la razón por la que obliga al prota a construir el arca: demostrar que el mundo sería mejor si todos pudiésemos confiar y creer en el prójimo. El mensaje es genial, pero lo que me puso triste fue que yo, aunque lo intente y lo quiera desesperadamente, siento la mayor parte del tiempo que no me puedo fiar de la gente. Y eso no es algo de lo que alegrarse.

Aunque siempre me queda el consuelo de pensar que este blog donde dejo mis pensamientos es una manera de empezar poco a poco a dejar que los demás (gracias a todos por estar ahí) entren en mi vida sin hacerme daño –lo que más temo– y comenzar a creer un poco en los demás. Estoy seguro de que si consigo poco a poco aumentar mi confianza estaré más cerca de algo parecido a la felicidad (la FELICIDAD absoluta no existe, aunque la gente la busque).

Muchos besos.

viernes, 31 de agosto de 2007

Ufff, dijo él

Hola. Hoy ha sido un día para olvidar. Ahora mismo debería estar cenando con mi hermana y sus amigos para luego ir al cine. Pero es más que probable que esa costumbre haya llegado a su fin.

Y es que me he peleado con ella. Ya antes de llegar a casa ya sabía que ella no estaba de humor, porque había hablado antes con mi madre y le había soltado unas cuantas borderías. Y cuando ha llegado a casa me ha dicho si la llevaba yo en el coche (es ella la que conduce siempre hasta el centro comercial donde vamos todos los viernes, pero su coche está en el taller. Como notaba que estaba bastante borde, le he dicho que si iba a ir con ese humor, que no pensaba llevarla.

Y es que ya estoy harto de sus malos humores. Porque no es una cosa de hoy. Es siempre. Cuando llega a casa, va directamente a su habitación y cierra la puerta. Y si quieres entrar para algo, casi es como pedir una audiencia con alguien importante. Muchas otras veces que he ido con ella a cenar y al cien, sin venir a cuento, me ha dado malas contestaciones. En el momento no le decía nada (¡es que tiene un carácter!), pero luego llegaba a mi casa y le contaba a mi madre, para desahogarme, que estaba un poco molesto con mi hermana por cómo se comportaba conmigo. Yo tengo buen carácter –lo que no quiere decir que yo no me comporte mal alguna vez, pero cuando es así lo reconozco– y por eso mismo tiendo normalmente a no quejarme cuando se portan mal conmigo y tragar y tragar y tragar…

Pero hoy no he podido más. Y he estallado. Me da pena que eso signifique que eso no vaya a ver en un tiempo a los amigos de mi hermana, especialmente a su novio –que es una buenísima persona– y a una compañera suya de la universidad. Aunque ya me las ingeniaré (espero) para saber cosas de ellos de vez en cuando.

Pero por otro lado, todo el jaleo tiene algo de positivo para mí, aunque haya sido de manera tan brusca: que me han provocado y he saltado… o, dicho de otra manera,… que no me he callado. Y eso es un logro.

Sin embargo el día no ha acabado ahí. Ibamos mis padres y yo en el coche por la calle Almagro de Madrid y veíamos que dos agentes de movilidad (¡que no son policías, eh!) iban muy lentos y hablando entre ellos de moto a moto. De repente, y aunque nosotros ibamos a distancia suficiente, uno de ellos frenó en seco para advertir a una furgoneta… y casi nos lo tragamos. Entonces, nosotros, al pasar al lado, le dijimos que porque no había señalizado que iba a parar.

Entonces, al chulo-analfabeto que uno de ellos llevaba dentro –el otro no, era más educado– nos paró de malas maneras para multarnos porque mi padre no llevaba el cinturón (a pesar de que ya antes había pasado a nuestra altura y no nos había dicho nada), cosa que era verdad, pero que en el momento le sirvió a él de tapadera de sus imprudencias al volante, dándole la vuelta a la tortilla y mostrando su arrogancia simplemente por llevar uniforme.

Mientras el gilipollas comprobaba los datos, el compañero educado nos comentó que, según el reglamento, ellos no estaban obligados a señalizar con intermitente si iban a parar. Yo eso lo puedo entender en una situación de emergencia (persiguiendo a alguien, por ejemplo), pero no siempre. Así que si esa norma es así, es una locura.

Pero, al menos, después de todo, un taxista que lo había visto todo nos dio la razón en cuanto a que ellos lo iban haciendo mal y nos dio sus datos y su teléfono por si lo necesitábamos de testigo para recurrir la multa. En fin… que, salvo esto, toda la situación… un mal rollo y una rabia increíble por el abuso de autoridad.

Así que, como veis, un día completito.

Ah, una cosa: el título de este post es un homenaje a un libro de Quim Monzó que no se si está traducido al castellano y que se llama “Ufff, va dir ell”. Os recomiendo al autor, que escribe en La Vanguardia (tanto en el diario como en el suplemento dominical) y del que estoy leyendo ahora un divertido libro de relatos –lo estoy leyendo en catalán, que para algo me tenía que servir el haber vivido más de un año en Barcelona– que se llama “El perquè de tot plegat” (El porqué de las cosas). Éste si que lo hay en castellano (editorial Anagrama). Así que os lo sugiero.

Besos.

jueves, 30 de agosto de 2007

Sé que puede ser mejor

Hola. Aquí estoy de nuevo. Después de hacerme ligeramente el remolón (jeje, perdón, pero es que no me venían las ganas de escribir), como os prometí, os haré un resumen de mi semanita.

El viaje hasta Algeciras se hizo un poco largo, la verdad. Una vez allí, el hotel (es de una cadena en la que la mayoría de los hoteles son bastante nuevecitos) tenía muy buena pinta. Sin embargo, el primer día estuvimos en una habitación que no habíamos pedido y con la ducha con algún que otro churretón de algún líquido seco. Pero bueno, al día siguiente nos cambiaron a una planta superior, ya del tipo de habitación que habíamos elegido, y con mejores vistas. Y luego, como disculpándose se hincharon a ponernos jaboncitos y todas esas cosas que todo el mundo se lleva de los hoteles.

Pero bueno, vayamos a algo también importante: la playa. He de decir que yo no soy muy de playa, por varias razones: tengo la piel bastante blanquita y enseguida me pongo rojo, odio que se me meta la arena entre los dedos de los pies y, sobre todo, lo que más me molesta es que en la playa haya mucha gente. Pero bueno, tuvimos suerte, porque ninguno de los días llegó ninguna de las playas a parecer Benidorm o, lo que es lo mismo, el metro en hora punta.

Playas que visitamos: Zahara de los Atunes (me decepcionó un poco, pensaba que era así rollo calitas con pocas personas y casi vírgenes y, la verdad, es que fue la más llena –dentro de lo soportable, eso sí– de entre las que estuvimos, pero bueno, tenía buenas olas y era bastante grande: yo me dediqué a mojarme de vez en cuando esperando las olas y, sobre todo, a leer en la arena un libro que me acabé en el viaje de vuelta, je), Conil (el agua aparentemente limpia, pero de vez en cuando me llegaba a las piernas alguna bolsita de plástico que, todo sea dicho, me daba un poco de asquito –aunque estaba limpia– al rozarme. Además hizo un montón de viento y no me sentó muy bien al estómago)…

…Estepona (en esta no nos bañamos, porque había bandera roja: mi familia se dedicó a dar un largo paseo por la arena, mientras que a mi me apetecía más quedarme sentado en el paseo marítimo: ah, mientras estaba sentado, pasaron tres o cuatro “niñatos” tipo “tirillas-bacala-inmaduro-…” que al pasar hicieron la tipilla gracieta para burlarse del “menda”, por aquello de mis kilos de más, diciendo…”vayaaaa culoooo, jajajaja”. En fin, nada que no me haya pasado ya alguna otra vez, pero no deja de ser desagradable), Sotogrande (en esta sólo vimos el atardecer y mi hermana se hinchó a hacer fotos) y, por último, Tarifa: vientoooooo, el agua muyyyyy limpia, al menos del lado atlántico –cruzando al otro lado de la carretera que llega a la Isla de las Palomas está el Mediterráneo– y poquita gente, así que genial.

Bueno, eso en cuanto a las playas. También nos fuimos a hacer una visita a Gibraltar. A decir verdad íbamos casi exclusivamente por el Marks & Spencer que hay allí, que luego resultó ser bastante pequeño…pero bueno, compré cosillas (unas cuantas camisas de manga corta, que dan muy buen resultado), jeje, aunque habrá que esperar a otra visitilla al Reino Unido para comprar más cositas…Es que me gusta bastante M&S –aunque ahora en Madrid he descubierto, más baratillo, una tienda que se llama Primark que tiene unas camisetas bastante chulas.

Gibraltar, decía. Pues eso, compras y poco más: una comida más que prescindible en un pub llamado The Horseshoe (si no vais, no os perdéis nada), y –ya casi a punto de volver a la frontera- un par de detallitos más: yo me compré una Coca Cola Cherry, más que nada para bebérmela y guardar la lata, porque aquí ya no se vende, y luego compramos también un monito típico (no de los de brazos alargados) en una tienda de souvenirs que no tenía casi gente, pero en la que el dependiente –un comerciante judío con barba y “kippa” en la cabeza– era bastante amable (sin nosotros pedírselo, nos cambió una moneda de libra esterlina por un montón de moneditas pequeñas de libra gibraltareña, de recuerdo). La gente en Gibraltar fue bastante amable y unos cuantos tenían un pedazo de acento gaditanoooo que para qué, jeje. También en Cádiz en general son bastante amables.

Otro punto del viaje: teníamos curiosidad por ver Sotogrande y allá que nos fuimos una tarde. Argggggghhhhhh: se notaba un ambiente un poco-bastante artificial y con bastante tontería. Pero bueno, al menos vimos el mar al anochecer –colándonos por el jardín de una urbanización: debe ser que en Sotogrande no hay playassssss públicasssssss, o sssseaaaaa, jeje– y cenamos en una terracita que no estaba mal. Pero, vamos, que…Sotogrande, nada del otro mundo, je.

En resumen: no han estado mal estos días: me he puesto un poco moreno –cosa difícil en mí, je–, aunque antes pasando por el estado rojo, jeje; me he relajado un poco en la playa, y he conocido sitios en los que no había estado antes.

En cuanto a lo que decís en vuestros comentarios: si, es verdad que las vacaciones las paso en familia, pero es que se puede decir que no tengo alternativa: con mi amiga de la uni pasé hace poco un día en su chalet y una semana entera es un poco demasiado (somos bastante amigos, pero…no sé… creo que a mí se me harían pesados tantos días),…mis amig@s de Barcelona (el año pasado hice una escapada a propósito, decidida casi impulsivamente –aunque les avisé con tiempo, para que supiesen que iba–, para celebrar con ellos el día de San Juan –que allí se celebra bastante– y, en cambio, sólo pude tomar poco más que un café con ellos, porque se iban fuera, cuando yo esperaba que ellos me llevasen de marcha toda la noche, en fin), y…más allá de eso, no tengo otras alternativas. Ojalá.

Bueno, espero vuestros comentarios sobre esta parrafada que os he soltado, jeje.

Besos.

lunes, 20 de agosto de 2007

Una semanita de ( )

¡Hola!

Como habréis podido deducir por el título, el post de hoy es para que sepáis que mañana me voy una semanita con mi familia a la costa de Cádiz. Espero que a la vuelta me sigáis leyendo y que incluso seamos cada vez más los que hablamos y nos contamos nuestras cosas aquí y en otros blogs.

Os contaré el plan de lo que tenemos pensado, en síntesis: hotel en Algeciras, escapaditas a Gibraltar (para hacer compras en el Marks & Spencer -el de más éxito fuera de GB: ¿por qué los quitarían de España [autorespuesta: demasiada presión del Corte Inglés, que a mi particularmente no me entusiasma, pero que es omnipresente]?- y en algún otro sitio; playita en Zahara de los Atunes, Conil y sitios así, y alguna nochecita en algún restaurante majo de la zona, y visitita a Sotogrande, para ver donde veranea la gente con "posibles", jejeje.

Eso es, más o menos, lo previsto. Espero descansar un poco la mente (descansaré, aunque yo creo que unas vacaciones en familia no permiten a nadie de este mundo relajarse totalmente, ¿no?) y coger fuerzas para unas cuantas semanas.

Lo dicho. A la vuelta os cuento.

Besos.

viernes, 17 de agosto de 2007

En caída

Así es como me siento desde ayer por la tarde. Os cuento: fui a pasar el día al chalet de la amiga de la uni a la que le cuento todo (os he hablado de ella algunas veces ya). El día empezó bien. Un rato de piscina y buena conversación con ella y su novio, un aperitivito antes de comer, una comida ligerita, una peli divertida y, ya con la digestión hecha, de nuevo a remojarse.

Fue entoncés cuando me empezó a dar el bajón: mientras les veía jugar a las palas desde mi tumbona y verles riendo y pasándolo bien jugando juntos...pues me dio por pensar lo genial que debe ser tener una persona especial con la que reirse, pasarlo bien y escaparse de vez en cuando de la ciudad. Me daban mucha envidia.

Puede parecer que no hago más que lamentarme siempre de lo mismo, pero es que es lo que me pide el cuerpo. Y, al mismo tiempo, a pesar de desearlo tanto, no me siento con energía para buscarle remedio. A pesar de que es lo que más necesito. En fin.

Y hoy, para rematar el estado de ánimo, he tenido discusión familiar...y me he quedado con mal cuerpo para el resto del día (me duele la cabeza desde esta tarde), porque no me gusta discutir. Y menos con la persona de mi familia con la que tengo más confianza: mi madre.

Bueno, decidme algo.

Besos.

sábado, 11 de agosto de 2007

Carne

¡Hola!

Esta vez, ayer, contrariamente a lo que suelo hacer todas las semanas, no hubo sesión de cine. Fuimos a cenar los de siempre más una amiga de mi hermana y su nuevo novio a un restaurante brasileño tipo "Rodizio" (en este tipo de restaurantes te sirves un buffet de primeros platos y luego de segundo te van trayendo a la mesa diferentes tipos de carne -no sabía que el buey tuviese tantas partes comestibles, jajaja- que puedes tomar con patatas fritas.

La cena no estuvo mal en cuanto a la conversación y a la gente que estábamos, pero en cuanto a la comida...yo la verdad es que no me puedo meter esos trozacos de carne por la noche (¡es otro tipo de carne la que me gustaría comerme a estas horas, je! ;D). De hecho, con el primero -una mezcla de ensaladas variadas- ya me quedé bastante lleno, y luego sólo alcancé a tomarme una alita de pollo -podrían haber puesto algo de pechuga, que es más suave para la noche que las mil y una partes del buey-, y par de trocitos de alguna parte del buey. Sobra decir que de postre nada...es que ya no me cabía más en el "body".

Luego nos fuimos todos a una discoteca llamada Moloko Chillout Café, así rollo música relajante...y sí, aparte de un poco alta de más (aunque esto supongo que pasa en todos lados, aunque a mi me da rabia porque tienes que estar hablando a gritos prácticamente) la música era relajante. Tan relajante que a mi, entre la digestión de la cena y eso, me empezó a entrar el sueño de una manera...Menos mal que no tardamos mucho en irnos, jeje.

En cuanto al resto de la semana, quedé dos veces con una amiga de la universidad para ayudarla a comprar cosas para el cumple de su novio -que, cuando se ríe, se parece un montón a Bustamante-. La primera ya os la comenté en los comentarios a mi último post.

La segunda fue el jueves. Estuvimos los dos en la Biblioteca Nacional buscando en la hemeroteca las noticias del día en que nació el chico. La verdad es que fue bastante entretenido. Es divertido ver cómo ha cambiado la forma de contar las cosas desde mediados de los 70 hasta ahora, especialmente en los anuncios (me encanta ver anuncios antiguos).

Y, bueno, eso ha sido un poco mi semana. Ahora contadme vosotros, ¿OK?

¡Besos y sonrisas!

sábado, 4 de agosto de 2007

Le cinéma...pas mal

¡Hola! Como habréis podido deducir, ayer fui a ver una peli relacionada con Francia (ah, aunque el título es en francés, lo cierto es que no sé hablar el idioma, aunque -como no se me dan mal las lenguas- tengo cierta intuición para pronunciar las palabras y saber el significado de frases sencillas). Más concretamente con París.

Se trata de Ratatouille. Va de una rata a la que no le gusta, como al resto de su especie, comer restos de basura, y que tiene un olfato muy refinado para los productos de calidad, además de una gran habilidad para la cocina, aprendida leyendo los libros del chef Gasteau. El caso es que al restaurante de este chef (que ya no lleva él, por un potente motivo que se ve en la peli -es que no quiero reventarla-) llega un joven que tiene ilusión por la cocina, pero no tiene talento para preparar platos. Y ahí es donde llega la ayuda de la rata.

La peli está muy bien, tanto para niños como para adultos, aunque yo casi diría que más para adultos, porque el inicio de la peli es algo violento. La animación por ordenador está muy bien hecha, de forma muy realista, especialmente en lo relativo a las calles de París. Tan bien, que en ciertos momentos -por lo menos, yo tuve esa sensación- casi parece imagen real. Los efectos de luz están muy bien conseguidos. Y el argumento es entretenido.

Bueno, espero que con esto os animéis a ir a verla (la acaban de estrenar, y -por ejemplo, en el cine al que yo fui estaba en cuatro salas, así que todavía tenéis bastante tiempo), que sé que algun@s teníais muchas ganas.

Por lo demás, ayer (como sabéis, suelo ir al cine con mi hermana y su novio), cuando estuve hablando con él, me estuve fijando otra vez en lo guapo y simpático que es. Pero...en fin...en este caso no hay nada que hacer. Como ya dije en otro post, me gustaría para mí un clon gay de este chico, jeje.

Por otro lado, hoy tengo que felicitar a una de mis amigas de Barcelona, porque es su cumpleaños. Espero que me conteste, porque si no es que ya no entiendo nada...

¡Besos!

jueves, 2 de agosto de 2007

Inmóvil

¡Hola! Aquí estoy.

Hace ya bastantes días tuve un sueño en el que me sentía como indica el título del post. Veréis: en el sueño, había tenido un accidente (no sé de qué) y no podía moverme -no quedaba claro en él si transitoriamente o por paraplejia-. Pero el caso es que sin hablar todo lo que yo deseaba se cumplía.

Que yo quería que alguien estuviese a mi lado, pues en dos segundos -sin yo decir nada, como si la gente leyese mi mente- allí estaba la persona. Que quería cualquier plato que se me ocurriese para comer, pues enseguida lo tenía ante mi boca. Que me apetecía leer un libro en un idioma que no entendía: pues, en un milisegundo mi cabeza lo había procesado y recordaba todas y cada una de las palabras que aparecían en él.

Como me pareció un sueño muy potente, al poco tiempo se lo conté a la terapeuta. Y me dijo algo que tenía mucha razón: qué casualidad que no tuviese yo la posibilidad o la necesidad de hablar para tener o pedir las cosas. Es como si mi mente me dijese: todavía te sientes mudo en muchos momentos; necesitas hablar, hablar, y hablar; sin miedo (y no sólo de lo que soy, sino simplemente para afrontar una discusión sin debilidad y con una voluntad sólida). Y sí, creo que es así...

Por eso me viene tan bien escribir estas líneas, porque de ese modo "hablo" en cierta manera.

Aunque, obviamente, no es lo mismo que en persona, je. ¿No os parece?

Al menos de vosotros siempre tengo respuesta, pero no es así siempre: lo que más me irrita en este mundo es esforzarme en llamar o escribir (mails o SMS) sin recibir respuesta. Me parece, como minimo, de mala educación. Ya me ha pasado con varias personas.

En fin...que estos últimos días estoy pelín negativo. Incluso, los dos últimos días me acuesto con alguna lágrima en los ojos, por sentirme así, inmóvil, como si mi vida avanzase mucho más lentamente de lo que lo necesito e, incluso, en ciertos momentos estuviese estancada. Ayyyy.

Bueno, es todo por hoy. Os espero aquí y en vuestras páginas, como siempre. A ver si mañana o el sábado escribo algo diferente.

¡¡¡Besos!!!

domingo, 29 de julio de 2007

Saboreando

¡Hola! Os contaré el finde: como de costumbre el viernes a cenar y a ver una peli. Esta vez tocaba Los Simpson: no está mal, aunque yo esperaba que estuviese aún mejor ¿La habéis visto? ¿Qué creéis vosotros?

Ayer, casi todo el día en casita (editando todos los fragmentos grabados en el disco duro del DVD, que hacía tanto tiempo que no me ponía a ello, que sobraba publi y más cosas por todos lados: antes de empezar a editar –no he terminado todavía– me quedaban poco más de tres horas libres…y poquito a poco he conseguido recuperar espacio hasta casi nueve horas, jeje), menos un ratito que salí a comprar los periódicos y a comprar tres tarrinas de un sabor de helado que no tenían desde hace varias semanas a una tienda que lleva “Cacao” en el nombre (no quiero hacerles publicidad, que luego no me lo agradecerán los de la tienda, ¿no?).

El sabor en cuestión es “Chocolate con leche, té de frutos rojos y mandarina”, y está buenísimo. Si podéis, probadlo, y vereis cómo llevo razón. Otros helados que me gustan mucho están en una heladería de la Plaza de Quevedo en Madrid (los que no sois de Madrid, podéis recomendar heladerías “güenas, güenas” de cerca de vosotros, y así cuando nos pasemos por ahí vamos a tiro fijo, jeje), que tiene sabores muy curiosos. De ésa, el que más me gusta es el helado de mojito –genial para el verano, ¿no?–, aunque hay otros buenos como el de “Chocolate con leche y milflores” o el de fresa, además de unos cuantos sabores dulces más originales. Mmmm, “Fresa y Chocolate”, jeje, tengo que ver esa peli ¿Os suena? ¿Merece la pena?

Buenooooo, que post más heladero me ha salido, jejejeje.

¡Besos dulces! ¡Y sonrisas también, como dice siempre Juanan!

jueves, 26 de julio de 2007

En BCN...bien...a medias

¡Hola! Aquí estoy de nuevo. La verdad es que no lo he pasado mal del todo en Barna, pero tampoco he salido por la noche (ya me hubiera gustado, pero ir yo sólo como que no mola…y tampoco es que estuviese de humor, porque me hubiera gustado que mis “friends” barcelonesas hubiesen dado señales de vida –las llamé, les escribí un par de mails y les puse SMS–, aunque supongo que estarán fuera de vacaciones. Sin embargo, qué menos que una contestación diciendo “no estamos en Barna y no podemos quedar”), aunque he cenado en un par de buenos restaurantes que conocía de cuando vivía allí. He llenado mi tiempo paseando por las calles más conocidas, yendo un buen rato de compras y observando mientras a unos cuantos barceloneses guapos. Así que… algo es algo.

El caso es que el viaje ha tenido algunos momentos buenos. Por ejemplo: el vuelo Iberia de ida y sus guapos “azafatos”, en especial dos, uno aparentemente hetero, fuertote y muy atractivo –me encantó su culo, sobre todo–. Pero, sobre todo, un tal “C. M. Trigo” que era gay (diréis, ¿cómo lo sabía?, pero aparte de que yo siempre he pensado que entre nosotros generalmente nos solemos reconocer, el maromo en cuestión tenía pluma, con lo cual no cabía duda), que estaba agotado de todo el día y tenía ganas de hacer reir al personal, empezando por la demostración de las normas de seguridad del avión, en la que tiró de forma exageradamente graciosa y cómica del tirador del chaleco, para pocos segundos después, ante un ligero movimiento del avión, hizo como que se caía en el asiento que tenía al lado. Se le veía que le gustaba su trabajo. Me hizo más ameno el viaje. Le podría haber preguntado si vivía en Madrid o en Barna y, quizás pedirle el teléfono, pero con mi madre delante como que me hubiera dado un poco de corte (a pesar de que ella sabe que soy gay).

Otro momento que no estuvo mal fue el miércoles a mediodía, que me fui a bañar con mi madre a la Zona de Baños del Parc del Forum. Si vais a BCN os la recomiendo: no está ni de lejos tan masificada como el resto de lugares donde bañarse en el mar en la ciudad, el agua está fresquita, hay vigilantes de la Cruz Roja a dos pasos…¿no suena mal, no?

Bueno, podría haber estado aún mejor, pero espero que sea así la próxima vez que vaya a Barna. ¡Ojalá!

Por cierto, Sonia, Juanan y todos aquellos que me leen...sólo leyéndome y contestando o comentando lo que escribo ya sois parte de mi terapia. Gracias por eso.

¡Besos y sonrisas!

domingo, 22 de julio de 2007

5,50 a la basura

Hola! Aquí estoy de nuevo. A ver os contaré mi plan del viernes. Después de una buena cena en una arrocería, fuimos al cine. Así, por 5,50 euros (precio rebajado, porque yo lo valgo, jejeje), entramos a ver "Atasco en la nacional" (el resto de pelis, o ya las habíamos visto o no eran mucho mejores).

El caso es que al salir de la peli salí algo disgustado, con la sonrisa un pelín helada, por lo de siempre: reirse de y a costa de los, como dicen en la peli (uyy, si esta palabra sólo se oyese en la peli...), "maricones". Vamos, lo de siempre, un buen ratito de risas homófobas para que el españolito medio mueva el músculo de la risa sin tener que pensar a la vez.

El caso es que de la peli yo ya no esperaba mucho, pero pensé que Anabel Alonso actúa muy bien en papeles cómicos. Y, de hecho, su papel es el único bien construido y mínimamente decente de la peli. Pero eso no fue suficiente para que me gustase la peli, porque el resto no es que fuese precisamente una peli memorable, la verdad.

Bueno, pues eso. Por enésima vez en la vida de un gay (no soy el único al que le pasa, seguro) la sonrisa se te hiela cuando bromean sobre lo que tú eres sin estilo ni gracia.

En fin. Bueno, antes de desconectarme un par de cositas (especialmente a mis fans -jejejeje- Sonia, Juanan y Iago...y otros que todavía no escriben aquí):
-Mañana no tengo terapeuta -hasta mitad de agosto está de vacaciones-, así que mientras vosotros seréis mi terapia ¿os parece?
-Además, mañana por la noche me voy a Barna: estaré hasta el miércoles por la noche. Así que ya os contaré que tal. De momento, las amigas que tengo, y a las que les he escrito mails y mensajes diciendo que iba, no dan señales de vida, así que no sé si las veré. Lo que si veré, espero, será un montón de catalanes guapos: estaré atento y con los ojos bien abiertos. Ya os contaré el jueves qué tal.

Besos y sonrisas (ah, mañana, si puedo, antes de irme me pasaré por aquí)...y que se os dé bien el inicio de la semana.

¡Adeuuuu!!!! ¡Nos leemos pronto!

viernes, 20 de julio de 2007

¡¡¡¡¿Tanto molestan los Jueves?!!!!

Antes de entrar al tema, pequeña aclaración: soy bastante desastre en cuanto a la casa, y no me gustan los castillos, jeje.

Bueno, a lo que iba. Como os podéis imaginar voy a hablar un poco de esa noticia que saltaba hoy a mediodía, cuando ya casi todo el mundo ha cambiado el chip de "laborables" a "fin de semana" (yo creo que el juez lo ha calculado para que se hiciese pública con disimulo, es decir, viernes por la tarde, como sabiendo que no iba a resultar popular su decisión). E incluso puede que el juez haya sido "más papista que el Papá [aprovecho: no me gustan los Papas, ni la Iglesia con oros superfluos: creo más en gente como Vicente Ferrer o Pere Casaldáliga, que saben qué es lo verdaderamente urgente e importante]", puesto que la Casa Real -aunque dice que respeta las decisiones de la Justicia- se ha desmarcado de la noticia.

Más haya de la caricatura en sí (estoy del todo de acuerdo en el fondo de su mensaje, e incluso me divierte la forma, aunque ahí ya podríamos introducir alguna observación), me parece increíble que, a estas alturas de la película, se secuestre una publicación satírica que se ríe democráticamente...y roza ya lo grotesco que en la decisión se solicite que la revista haga entrega del molde (Señoríaaaaa: hace ya unos años que todo va en digital, por ordenador e Internet, así que actualícese). En fin.

En relación con todo esto, me gustaría comentar un hecho del que quizás no toda la gente se ha dado cuenta: más allá de El Jueves, fue Buenafuente (la tele tiene más fuerza para llegar a más gente que las revistas) el que enseñó a la gente que no pasa nada por hacer humor mordaz con la Familia Real). En Cataluña, la audiencia lo descubrió antes que en el resto de España, con un espléndido imitador del Rey llamado Toni Albá y, de vez en cuando, también con una caricatura del Príncipe de la mano de Eduard Soto (también alias el "Neng"). Eso pude verlo cuando vivía en Barcelona.

Por eso, cuando Buenafuente llegó a Antena 3, en Cataluña ya sabían que no pasa nada por reirse sanamente del Rey que pagamos todos. Así que me alegró mucho que Buenafuente se lo dijese al resto de la gente (esperemos que desde "La Sexta" siga haciéndolo).

Y, sobre todo, como decía antes, el mensaje de la caricatura es muy certero, puesto que no creo que "trabajar" sea lo mismo para los Príncipes que para el resto, ni que ellos conozcan conceptos como "estrés", "agobio", "no llegar a fin de mes" y más cosas que muchas personas conocen perfectamente.

Pero lo que me llama más la atención es que, en medio del mar de tiempo, páginas, tinta, minutos de radio...dedicados a temas como el bautizo de Sofía, la gente no critique duramente e, incluso se lance al cuello del Príncipe cuando, en medio de risas, el tío dice, como quien no quiere la cosa, que "a pesar de todo", hará el máximo esfuerzo posible para "conciliar" vida laboral y familiar [dijo eso al poco de nacer la segunda Infanta].

Ufff, parece que se está riendo en nuestra cara, ¿no? ¿Pero qué dificultad puede tener él en hacer algo semejante entre acto y acto?...si con el dinero de todos, cada una de las niñas (y el resto de prole de las hermanísimas) tiene permanentemente la atención de niñeras, cuidadores y criados, con los que mucha gente soñaría contar para hacer posible (ahora sí) conciliar, aunque sólo fuese un poquito la vida familiar y laboral, ¿no?

Bueno, ¿qué opináis?
¡¡¡Besos, sonrisas, y buenos deseos para el finde [en cuanto pueda, os contaré qué tal]!!!

sábado, 14 de julio de 2007

Harry...el "húmedo"

¡Hola! Acabo de llegar de Ikea y con esto de las rebajas había más gente que yo que sé…jejeje.

Ahí va la crítica de cine: ayer ví la última de Harry Potter (no he visto ninguna de las anteriores ni me he leído los libros, aunque están por aquí por casa: la verdad es que viendo la peli me ha entrado más gana de empezar a leerlos). No está nada mal. Lo único quizás un poquito larga, aunque tampoco demasiado. Dicen que es de las más oscuras de la saga.

El novio de mi hermana, para que me pudiese enterar de algo me hizo justo antes de empezar una supersíntesis de en qué consisten las historias: el enfrentamiento de Harry con el Tenebroso (un tal Voldemort, o algo así, que a mí en esta peli me recordaba un poco por el aspecto al mostruito de los ojos en las manos de “El laberinto del fauno”).

Viendo la peli había bastantes nombres con los que me perdía (los únicos que me sonaban a parte de Harry eran Ron y Hermione). Lo que más me gusto fue la de “actorazos” que aparecen: Ralph Fiennes (guapoooooo, aunque en esta peli es todo lo contrario, porque es el que hace del malo), Gary Oldman (interesante, tiene morbillo el tío, y un pedazo de actor en cada peli que sale –aquí es el padrino de Harry), Alan Rickman (un buen actor que ha hecho por lo menos un par de veces de pareja de Emma Thompson: en Love Actually es el marido que la engaña con una secretaria), Emma Thompson (hace de una profesora un poco ingenua y despistada…otra graaaaaaan actriz) y Helena Bonham-Carter (la mujer de Tim Burton: aquí hace brevemente de una mala, prisionera en Azkaban). Vayaaaa, en resumen que no estuvo mal la peli.

Así que estoy de acuerdo con Max y su divertido post (por cierto, no está mal la foto que lo ilustra, de cuando Daniel Radcliffe hizo en Londres la obra de teatro Equus: no esta nada mal el torso del chico...y lo que más mola de la foto es que sugiere que más abajo puede no estar mal tampoco la cosa, jejeje).


Además, antes de que empezase, aparte del trailer de Ratatouille, pasaron el trailer de la peli de Los Simpson (ayyyy, que ganas de verla, jejeje).

Así que la noche…guay. Antes de ver la peli cenamos en un italiano y nos reímos bastante mi hermana y yo con cosas que nos contaba su novio. O sea que, ayer por la noche lo pasé bien.

Os animo a ver la peli. Contarme un poco que hacéis o habéis hecho vosotros este finde.

miércoles, 11 de julio de 2007

Vinicius y BCN

¡Hola! Hoy he visto, por fin, un ratito del “Programa del Verano” (ayer y anteayer no tuve oportunidad) y he visto una mesa más “petarda” (en el buen sentido del término) que nunca, así que creo que tendremos unas semanas llenas de momentos divertidos. Por cierto, he vuelto a ver a un colaborador que creo que ya estaba el año pasado y que, parece, no sé si intencionadamente, un poco clon de nuestro Max, aunque ya sabéis que como el original y esos ojos llenos de vida y diversión no hay ná (me ha quedado un momento un poco pelota, pero si lo creo así por qué voy a decir lo contrario, jeje).

Ahora estoy un poquito más animado. Hace un rato he estado haciendo un trabajito “freelance” para unos amigos y estaba superagusto escribiendo en el ordenador, dejando que las ideas fluyesen, dejando entrar por la ventana una ligerísima brisa y con la música de Vinicius de Moraes de fondo (¡¡¡¡ayyyy, es que no hay nada como la música brasileña, especialmente en verano, cuando sientes más su suave acaricia que te hace soportar mejor los ratos de calor!!!!).

Además, dentro de un par de semanas, tendré un par de días –si es que no se han ido de vacaciones como me hicieron el año pasado: tengo que asegurarme– en Barcelona (¡me encantaaa!) para ver a mis “friends” (todas mujeres y hetero, jeje, aunque la ciudad tiene unos catalanes muy guapos ;D) de allí [uffff, con tanto guión y paréntesis me ha quedado un párrafo un poco entrecortado: espero que se entienda].

En fin. Sólo quería compartir con vosotros este momento. Gracias como siempre por estar ahí. ¡¡¡¡Besos varios!!!!

martes, 10 de julio de 2007

Vacaciones = pereza

Hoy he ido a la terapeuta como hago cada lunes: le he contado pequeñas manías que tengo, y como creo que esas manías esconden una desconfianza hacia los demás (eso no incluye a quienes me leéis y escribís comentarios: sois vosotros quienes con vuestras frases y ánimos me ayudáis poco a poco a abrir una rendijita a la confianza: sin embargo creo que todo esto me llevará todavía tiempo hasta que me sienta mejor), un miedo a que me hagan daño.

Me gustaría no sentirme así, pero prefiero ser honesto en lo que escribo, que es otra manera de dejar que los demás me ayudéis. El caso es que hoy se me ha hecho el día un poquito pesado: venía arrastrando desde el fin de semana una sensación de amargor (y también un dolor de espalda durante todo el día de ayer), porque los demás pagan con uno el haber tenido un mal día, el estar cansado del trabajo o, simplemente, el estar cansado de cómo es la vida día tras día.

Y no es justo. Ahora mismo sólo siento pereza. Pereza porque en unos días (no sé si será en una semana o ya entrando en agosto) me iré de vacaciones con mi familia. Y lo cierto es que no me apetece nada. Sé que más que descanso habrá discusiones. Y encima soy yo el encargado siempre de organizar las vacaciones de todos, porque soy el que más navego por Internet. Sólo espero que vayamos donde vayamos milagrosamente tengamos unos pocos momentos de tranquilidad. No es pedir mucho, ¿verdad? Veremos a ver que pasa.

viernes, 6 de julio de 2007

N. Y.

Como dije, aquí os contaré del recuerdo que tengo de mi primer y, de momento, único viaje a Nueva York, hace unos quince años (aunque espero repetir, a pesar de que posiblemente tenga que sentirme violentado por los controles de aeropuerto, no sólo los de aquí al salir, sino sobre todo al llegar, en los que te hacen sentir “presunto culpable” hasta que no se demuestre lo contrario -en fin, es que me toca bastante los huevos el asunto-, y eso que muchos de los controladores de inmigración a la llegada seguro que se apellidan Gómez, García o cualquier otro de origen hispano, con lo cual la sensación resulta aún más extraña).

Lo primero que recuerdo fue que el vuelo fue en clase turista. Parece una cosa sin importancia, pero cuando el viaje es largo, merece la pena ahorrar un poquito más de euros para poder ir en primera (la próxima vez lo haré). Bueno, como decía, los asientos en turista hicieron que al llegar a Nueva York estuviésemos un poquito más cansados de lo habitual, jeje. En el trayecto del aeropuerto (no sé si fue Newark o JFK) al hotel, en nuestro caso el NY Hilton, me acuerdo que lo primero que vi fue un barrio a las afueras todo con casas de ladrillos marrón oscuro, junto a un cementerio larguísimo (lo estuvimos viendo un buen rato desde el mini-van), que supongo que sería el principal de la ciudad.

El hotel no estaba nada mal, aunque se notaba que ya tenía unos cuantos añitos. El día que llegamos por la noche teníamos mucho hambre y bajamos al restaurante, pero ya estaba cerrado. Sin embargo, en ese momento descubrimos la ventaja de ser hispano en Nueva York (yo creo que te puedes manejar perfectamente por casi toda la ciudad hablando en castellano, aunque a mi siempre se me ha dado bastante bien el inglés). Mi madre comenzó a hablar con los camareros que estaban recogiendo y nos dieron un montón de panecillos, cruasanes y bollos todavía bastante tiernos que, si nosotros no los cogíamos posiblemente se tirasen.

No recuerdo el orden de todo lo que vimos, así que os daré unas pinceladas sueltas:

-Lo más impresionante: ver por la noche el perfil de Nueva York desde Nueva Jersey (al otro lado del río Hudson), visitar el Empire State (ver la peli “Algo para Recordar”, con Tom Hanks y Meg Ryan, o, para los amantes del cine más clásico, “Tú y yo”, especialmente la versión con Cary Grant) y, sobre todo, la visita a las Torres Gemelas, ya casi cerrando, subiendo en un ascensor que iba rapidísimo, y disfrutando desde arriba de cómo se iba haciendo de noche en Nueva York, con unas vistas inigualables e –impresiona pensarlo– irrepetibles.
También genial fue, otro día, la excursión en helicóptero sobrevolando la ciudad (y admirando desde arriba, sobre todo, la grandiosidad de toda la ciudad y, especialmente, de Central Park).
Y, además, la excursión en autobús a Washington, visitando el Capitolio, la explanada con el lago y el monolito (ayyy, no recuerdo como se llama, no recuerdo si es el monumento a George Washington, qué cabeza), el monumento de recuerdo a los muertos en Vietnam, allí cerca también y, sobre todo, la visita –muy emocionante sobre todo para mis padres– de las tumbas del mausoleo de los Kennedy, en Arlington (Virginia), que queda al otro lado del río.

-El palizón del viaje: la visita a las cataratas del Niágara, yendo en avión desde N.Y. a Buffalo (todavía en el Estado de Nueva York) y luego en furgoneta hasta el fin del lado estadounidense del lugar, y parándonos en la frontera para cruzar al lado canadiense. Lo que más recuerdo: hacía mucho frío, los guías locales eran unos pobres hombres (casi nos daban pena ver con que ganas devoraban la comida del buffet en un hotel allí mismo incluido en el viaje: uno era mexicano (bastante simpático, aunque tampoco un guía demasiado bueno) y otro de origen italiano que prácticamente no abría la boca.

-Las compras: una tienda de Levi’s donde compré un par de vaqueros que me sentaban como un guante (nunca he vuelto a tener esa sensación) y en la que te podías hacer unos pantalones literalmente a la medida –pero no teníamos tiempo–, una tienda Nike de varias plantas, y a pocos metros, la famosa joyería Tiffany’s (sólo la vimos por fuera). Tampoco muy lejos andaba la tienda Warner, donde (antes de saber siquiera que existía la serie) me compré un azucarero en el que pone Central Perk, o sea, la cafetería de Friends. También estuvimos en la tienda Ralph Lauren –pronúnciese “reif loren”– más grande del mundo (entonces, ahora no sé), donde me compré un bañador y un par de camisas. Estuvimos en alguna tienda más, pero estas son las que más recuerdo.

-La comida: noche si, noche no, íbamos al Fashion Café (una franquicia que tenían algunas modelos conocidas, y que ya no existe), porque nos quedaba muy cerca del hotel, alternándolo con el Planet Hollywood (que en Madrid ya no existe tampoco, y creo que igual en otras ciudades del mundo) y el Hard Rock Café (el “superviviente”, jeje, y en mi opinión, en el que mejor se come de los tres: si tenéis la oportunidad de ir en Madrid o Barna probad sus alitas de pollo –picantes y bueníiiiisimas– o sus hamburguesas…y me callo ya porque les estoy haciendo una promoción gratuita que para qué, jejeje).

En fin, estos son algunos de mis recuerdos de aquellas vacaciones. No os quejaréis, os he soltado una buena parrafada. Espero que os haya gustado.

¡Besos pa’ todos!

martes, 3 de julio de 2007

D. C.

No, no voy a hablar de Washington (aunque estuve una vez que hice una excursión desde Nueva York hace un montón de años -todavía estaban las Torres Gemelas, tengo un ticket de la tienda de souvenirs de la última planta-, y me pareció una ciudad bastante agradable, toda con edificios bajos y muchas zonas verdes), sino de uno de mis guapos y heteros favoritos. Son sus iniciales. Venga...os dejo un par de segundos para pensar...a ver...: David Cantero.

Hoy le he vuelto a ver en un avance informativo. El fin de semana pasado pensé que ya se había ido de vacaciones y le esperaba ver presentando las noticias sobre el Orgullo, donde tiene tantos fans, jeje. Pero no: supongo que, como el año pasado, sustituirá durante unas cuantas semanas a Lorenzo Milá en el TD2. Así que, chicos y chicas, le tendremos de lunes a viernes para deleitarnos la mirada, sean cuales sean las noticias que dé (hoy no acompañaban mucho: el atentado de Yemen, ya sabéis, en fin).

El caso es que me acuerdo que el año pasado el placer no duró todo el verano, porque el también tiene derecho a un descanso, como todo el mundo. Pero bueno, con tal de que se vayan turnando en las diferentes televisiones algunos de mis guapos preferidos, me contento.

Así que, mientras David Cantero descanse, ojalá esté por ejemplo Manu Sánchez (A3 Deportes en el informativo de las tres de la tarde: superojazos azules y carita de niño), o Hilario Pino (T5 a las 14.30: como ha estado de baja -por un cáncer bastante serio, según he leido- a lo mejor está presentando durante todo el verano; además, según tengo entendido, también "entiende"), o Pedro Piqueras (T5 a las 21 horas: hombretón, recio, y guapo también, aunque se aleja más que los otros en cuanto a edad, jeje), y alguno más que ahora mismo se me escapa (espera, me acuerdo ahora de uno: Mario Picazo, ayyyyy). Se admiten sugerencias, jejeje.

¡Besos!

sábado, 30 de junio de 2007

Orgullo en silencio (a mi pesar)

Todavía queda un buen rato para la manifestación del Orgullo en Madrid. Tengo sentimientos contradictorios: por un lado me apetece ir (por pasar un rato divertido), pero por otro no tengo ganas, porque las veces que he ido a un desfile callejero (el Carnaval brasileño por las calles de Barcelona por el Fòrum en 2004 o el concierto-desfile de Carlinhos Brown en el 2005) me ha pasado que al llegar a casa me ha dado un bajón por el que no me apetece pasar hoy.

¿El motivo? Me da mucha rabia ir al desfile sólo, porque casi todo el mundo va con más gente a pasárselo bien, bailar y olvidarse de problemas. Pero conmigo no viene nadie: de mis amigos, sólo una colega mía de la universidad lo sabe, y hoy tenía planes; de mi familia, sólo mi madre, y la última vez que hablamos (hace meses) de que soy gay me dijo que no le apetecería verme en el desfile del Orgullo.

Sé que soy yo el que decido mi vida, pero todavía (con 27 años), lo que piensen los demás me paraliza y me da miedo. Además, a mi edad, no he tenido nunca novio, a pesar de lo mucho que lo necesito.

También sé que no seré el único que hoy no irá al Desfile por no sentirme sólo en medio de la multitud (una sensación nada agradable). Por eso sólo espero decidirme dentro de poco a liberarme y a poner mi propia opinión sobre lo que soy por delante de la de los demás. Y no sólo eso: espero encontrar a alguien especial con quien quizás ir el próximo año a Estocolmo a decirle a toda Europa “A quién le importa”.

miércoles, 27 de junio de 2007

Yo o los demás

Esa disyuntiva es la que creo que mejor resume y gobierna la mayoría de decisiones que tengo que tomar en la vida. Y el lado vencedor suelen ser "los demás", de tal manera que me olvido de lo que yo quiero de verdad hacer o decir en esta vida, dando preferencia casi absoluta a lo que los demás quieren. Tengo ese tic autodestructivo bastante automatizado, y eso no está bien. Quiero ser capaz, cada vez más, de quererme más a mi mismo y a repetirme a menudo que tengo todo el derecho del mundo a gobernar un poco mi vida, sin dejar que los demás tiren o hagan balancearse peligrosamente el barco en el que navego cada día, en el que frecuentemente dejo que los demás me roben el timón.

Ya estoy harto de ser así. Me gustaría no tener miedo a los demás, a que me hagan daño (ya he contado otras veces los antecedentes que me llevan a sentirme así), y ser capaz de levantar la voz bien alto para recordarle al mundo que JUAN (así, con mayúsculas) está ahí y que no va a dejar ya nunca más que los demás le influyan tanto en las decisiones diarias -que todo el mundo tiene que tomar en esta vida- hasta tal punto que le paralizan y le bloquean.

Ya no quiero sentirme bloqueado. Ya no quiero poner casi siempre a los demás por delante de mí. Porque tengo derecho a elegir cada día lo que quiero para mi vida, sin que los demás con un par de palabras (o, lo que es lo mismo, sin mucho esfuerzo) tuerzan el camino que yo mismo me marco.

No es fácil, pero quiero tener la fuerza para conseguirlo.

martes, 19 de junio de 2007

Justicia poética

Normalmente suelo considerar que este mundo en el que vivimos es un lugar horrible, tanto para nosotros como para quienes vengan detrás dentro de unas generaciones. Pero hoy un programa de televisión me lleva a decir que, a pesar de todo, todavía existen elementos de justicia poética a los que agarrarnos desesperadamente para seguir creyendo que este mundo merece algo la pena.

Me refiero al programa de "Allá tú" de esta tarde en Telecinco. El concursante se ha llevado los 600.000 euros, el premio máximo del programa. Pero quien ha ganado no es una persona cualquiera, sino alguien para quien su sueldo más preciado es la sonrisa de un niño, especialmente la de áquellos que, por una mala combinación de probabilidades (una manera más correcta de llamar a la mala suerte), han nacido en un país pobre y para los que una sonrisa es como una pequeña burbuja de oxígeno que añadir a la poca comida que tienen para engañar al estómago y a la mente y seguir viviendo (siempre me ha admirado que las sonrisas más amplias que salen por la tele son las de los niños que objetivamente tienen menos motivos para reir: esto nos debería hacer reflexionar sobre los valores de las personas que vivimos en los países desarrollados).

Por eso me ha alegrado mucho que ganase Gilbert de Tarragona, que antes de saber que ganaba semejante cantidad de dinero, ya se ofrecía a ir con Jesús Vázquez a Africa para echar una mano a los voluntarios de ACNUR. Por eso, no me cabe duda que, en cuanto rellene los "huequecillos" económicos que todos tenemos que tapar, el resto del dinero irá destinado a hacer felices a más niños y a más gente. Por eso, me ha gustado un montón que el premio fuese para él. Porque ese dinero se convertirá en felicidad para mucha gente, ¿no os parece?

sábado, 16 de junio de 2007

Discutir por la tele

No, no es lo que os imaginais. No penseis en toda mi familia sentada en el sillón discutiendo por qué programa poner (creo que eso ya no pasa en casi ninguna casa española). Os cuento: hoy han traido a la habitación de mis padres (es una forma de hablar: mi padre duerme allí y mi madre en otra habitación) un armario con el que aprovechar mejor el espacio (no hay mucho sitio en ella). Lo que ocurre es que ese mueble inutiliza las conexiones de antena de una tele que estaba conectada hasta ayer...Y hasta ahí podíamos llegar: cuando se lo hemos dicho a mi padre, ha puesto el grito en el cielo y nos ha echado en cara a mi madre y a mí que no hayamos convencido al que nos ha instalado el armario de que agujerease por donde estaban las conexiones (una pena, porque el mueble precisamente barato no es). Y es que mi padre tiene la costumbre de quedarse dormido todos los días con la tele encendida. A cambio de sacar la tele de su habitación, le proponíamos habilitar una habitación ahora llena de trastos como pequeña salita de TV. Lo que quiere decir...(ay, se acaba el mundo para mi padreeeeee) que no podrá ver la tele desde la cama.

El caso es que la discusión ha sido tal que mi madre, al llegar a casa no ha podido evitar llorar de rabia. Mi padre no lo ha visto: ha tardado un rato en subir porque ha hecho parada y fonda durante un ratito en el bar.

Todo esto me ha llevado a pensar, una vez más, hasta qué punto la tele es un electrodoméstico central en la mayoría de las casas. Yo, cuando era más pequeño, veía muchas más horas de tele, pero ahora, con 27 años, soy bastante selectivo con ella: puedo ver una serie que me interesa, o los informativos, o un concurso entretenido (Allá tú, Saber y Ganar...), pero no me cuesta nada cambiarla por una buena velada leyendo un buen ensayo -la ficción me gusta más por la tarde, cuando estoy seguro de que el sueño no me vencerá, o en el fin de semana, para devorar personajes durante varias horas seguidas-, con música de fondo, o bien simplemente escuchando la radio o leyendo una revista. Y estoy orgulloso de ello.

Por eso, como me he vuelto más comedido en cuanto a consumo televisivo, me rebelo cuando soy testigo (cuando presencio una discusión, se me tensan todos los músculos y no me siento nada a gusto) de cómo la tele se convertía en un arma arrojadiza e "incandescente" entre mis padres. Me parece demasiado.

miércoles, 13 de junio de 2007

Vecinos insolidarios

Ufff, la verdad es que esta tarde ha sido un poco coñazo. Tocaba reunión de la Comunidad de vecinos de mi edificio. La verdad es que a medida que iba avanzando la reunión me iba poniendo de mala hostia por momentos. Y es que no entiendo lo poco solidaria que es la gente.

Veréis, os cuento: ahora va a empezar el verano y con el calor nuestras terrazas necesitan toldos para que no nos achicharremos vivos cuando salgamos a asomarnos un poco a ver pasar la vida. Pero resulta que la fachada está tan mal hecha ("fachada hiperventilada" la llaman) que no se puede anclar nada a ella y, por eso, la única solución posible para colocar un toldo es poner una especie de pérgola con contrapesos en cada una de las cuatro patas para que la estructura no se mueva con el viento.

Pues bien: mi piso no es la única terraza del edificio...y, sin embargo, en las reuniones soy yo el único que plantea el tema: ¡¡¡me da una rabia!!! Sobre todo porque estoy seguro que cuando yo consiga que me dejen poner el toldo otros vecinos que en las reuniones se callan como cobardes, pedirán ponerlo en sus respectivas casas...sin haber gastado una sola caloría de energía defendiendo esta idea en las reuniones.

¡Vamos, que yo les hago el trabajo "sucio" y luego se apuntan otros en mi misma situación! ¡Vaya morro!...no sigo porque me caliento, jeje. ¡¡¡Menos mal que luego he ido al gimnasio y me he relajado un poco!!! En fin...

domingo, 10 de junio de 2007

De bajón

¡Hola, chicos! Estoy de bajón. Llevo un buen rato navegando por Internet y visitando mis blogs favoritos. Normalmente, eso me suele distraer y hacer olvidar aunque sea por un rato la soledad que siento todos los días y la necesidad cada vez mayor de tener a alguien a mi lado con quien ir al cine (hace tiempo que me aburrí de ir al cine sólo: alguna que otra vez cuando estaba en Barcelona iba al cine pero, aunque la película fuese una comedia, yo comenzaba a llorar discretamente en la butaca), cenar los dos en un buen restaurante o simplemente pasear juntos por el centro.

Sé que no hago más que lamentarme, pero ahora mismo no me siento con muchas fuerzas para salir a buscar a ese alguien que necesito. Mientras, esta noche, mi "planazo" es ver un par de capítulos de Urgencias y acostarme a las 3 de la mañana (últimamente lo hago incluso más tarde: no es que tenga insomnio, sino que tengo el horario pelín cambiado) deseando tener un sueño relajante (ni siquiera eso tengo) y despertarme ya en domingo. En fin...¡que necesito ánimos! Ayyyyy...

viernes, 8 de junio de 2007

Ocean's Maxim

¡Hola! Hace un rato he visto en la tele a Max en el estreno de Ocean's 13. En una palabra: ¡impresionante! Preciosa y profunda mirada (Max, dejanos ver más a menudo tus ojos), una barbita sexy y el pelo peinado al estilo de Clooney en la peli. Desde aquí ánimos para nuestro galán valenciano y...¡descansa todo lo que puedas! ;D

Por cierto, un pequeño comentario sobre George: como ya os he contado en algún post, suelo guardarme todas las fotos que veo en los periódicos en Internet de mis heteros favoritos. De Clooney tengo unas cuantas (especialmente buenas unas de la web de la revista Vanity Fair)...y en las últimas que he guardado, he visto un par de cosas, una buena y una mala: la buena es que estaba muy guapo con algún kilito de menos -le sienta muy bien- cuando estuvo en Cannes; la mala...que se ha operado para quitarse las bolsas bajo los ojos...¡¡¡¡y no le hacía falta!!!!. En fin, espero que no se siga operando, con lo sexy que está siempre...para que tocarse, ¿no?

¿Qúé opinais? ¿Cotilleamos un poco? jeje. Besos!

sábado, 2 de junio de 2007

Hace ya unos veranos

Inspirado por Max, hoy recordaré como eran mis veranos hace ya unos cuantos años, cuando era bastante más pequeño.

Era mitad de agosto en el norte y mitad en el sur. Del norte recuerdo ver bancos de pececillos con sólo asomarme a la terraza de mi casa (hasta que pusieron allí una mole de cemento para celebrar las fiestas patronales cada año e hicieron el muelle del pueblo mucho más grande), escuchar a mi visabuela contarnos historias que inventaba en ese mismo momento mientras le daba al pedal de la máquina de coser, tomar riquísimos bizcochos hechos por ella en un molde redondo, tomar lechuga fresca y carne jugosa que se comía sólo con tenedor (por lo blanda y rica que estaba). También recuerdo un malecón con mucho encanto compuesto casi totalmente por casitas bajas y con un solo edificio alto (no como ahora, que ya se ha estropeado todo con construcciones nuevas).

Luego nos íbamos para el sur. De allí recuerdo partir almendras –que habíamos cogido la tarde anterior en el campo– en el borde de la acera con una piedra, justo después de comer, mientras mi abuela fregaba toda la casa y no nos dejaba entrar. Cuando nos cansábamos, entrábamos con cuidado (el suelo no estaba del todo seco) para ver “El Coche Fantástico”, “El equipo A”, “V”, “El Superhéroe Americano”, y otras tantas.
Recuerdo unas migas riquísimas y un arroz con pavo o conejo como no se podía probar en ningún lado (ahora, con la edad, ya ha perdido el toque, la verdad).
También recuerdo cosas malas (mis padres discutiendo en el coche porque mi abuela paterna nos había regañado por no estar a las dos en punto para la comida, por ejemplo), pero he preferido poner algunas de las buenas. Pero, además, recuerdo sillas como la del post de Max, con dos patas encima de la acera y otras dos fuera, con la gente del pueblo balanceándose y mirándonos pasar por delante –y a veces teniendo que levantarse para dejarnos pasar, por lo estrecha de la calle, por nuestra llegada al pueblo–. En fin, recuerdos de hace ya mucho tiempo.

jueves, 31 de mayo de 2007

Hostilidad

Esa palabra resume muchos momentos de mi vida. Desde la guardería. Ya en ella, por ser un niño gordito, ya notaba a mi alrededor las sonrisas de crueldad contra el niño que parece diferente. Puede sonar exagerado, pero no lo es: ya siendo pequeño, notaba los ojos inquisidores y burlones encima de mi. Y de una u otra manera he seguido teniendo esa sensación durante toda mi vida. Ahora tengo 27 y ya estoy harto. Por eso, intento luchar cada semana por sentirme fuerte y no dejar que los demás se crean con derecho de hacerme de menos y despreciarme. Todavía me queda un largo camino: entre otras cosas, todavía tiene que llegar el momento en el que las personas que de verdad aprecio sepan lo que siento por los chicos y no tener que esconderme. Y es que esconderse es otra manera de dejar que los demás te venzan. Y ya no quiero sentir que los demás me pueden.

Y dentro de eso entran también los políticos. Diréis que no tiene nada que ver, pero esas mayorías tan absolutas del PP en el Ayuntamiento y la Comunidad, me producen la sensación desagradable de que el lugar donde nací y donde vivo es un territorio hostil para mí. Y es una sensación que no me gusta: porque a mi me gusten los chicos, nadie tiene derecho a negarme derechos (valga la redundancia) que no se le quitan a los heterosexuales.

El caso es que pienso que Madrid no es sólo una ciudad hostil conmigo, sino también con mucha otra gente. Se dice que es una ciudad acogedora, pero yo veo que también es agresiva, llena de coches y cláxones, de personas que hablan gritando (haced la prueba de ir a otro país y os dirán que por qué hablamos tan alto), que confunden preocupación por los demás con cotilleo y curiosidad malsana…En fin, seguro que tenemos virtudes los madrileños, pero la verdad es que, siendo de aquí, me cuesta verlos.

En realidad, me gusta pensar que circunstancialmente soy un madrileño, porque coincidió que nací aquí. Me explico: viví más de un año en Barcelona y cuando estoy allí me siento como un barcelonés de origen madrileño; estuve un curso entero en Roma de Erasmus (hace ya unos seis años) y cuando he vuelto alguna vez allí me siento como en casa. Sin embargo, en ésta, paradójicamente, no puedo dejar de sentir que en un momento dado (cuando en un futuro pueda ir con un novio a enseñarle mis rincones favoritos) descubriré la ciudad hostil, las miradas inquisidoras y el ambiente irremediablemente católico de esa ciudad tan bonita. En cambio, cuando voy a Barcelona, respiro, me siento más a gusto, más libre, a pesar de que también sea una ciudad grande, con todo lo que eso conlleva. No me preguntéis por qué. Simplemente es así. Y esa sensación al mismo tiempo me duele, porque no puedo sentirla en la ciudad de donde soy. Eso es lo que yo llamo “hostilidad”.

martes, 22 de mayo de 2007

Tiene “web”os la cosa

¡Hola, chicos! Hoy me gustaría escribir sobre una cosa que me da mucha rabia. Veréis: como buena parte de los gays de este país, he pasado unas cuantas veces por la web chueca.com. Pero cada vez me gusta menos, principalmente por una razón: prácticamente todos los foros, -en los que antes uno se podía encontrar con historias más o menos tiernas de otros homosexuales que utilizaban la página como un desahogo- se han convertido casi exclusivamente en una sucesión de anuncios eróticos, que se repiten sin descanso en un foro tras otro. Por eso, me pregunto…¿qué le ha pasado a esta web, que ya no es lo que era?

Umm, ahora me viene a la cabeza otra cosita que me molesta un montón (aunque no me gusta hablar de política, porque generalmente no lleva a ningún lado, especialmente si hablas con tus amigos) es el disfraz que durante estos días se pone el PP de esta enloquecedora ciudad que es Madrid. Me explico: ¿es casualidad que Gallardón elija aparecer en la portada de Zero justo en el mes en el que se celebran elecciones? ¿cómo puede tener el morro de decir que los gays hemos cambiado la opinión que tenemos de Ana Botella? ¿es también casualidad que en un programa de Telemadrid llamado “Madrid 7 días” (que pillé mientras hacía zapping, y me hizo hervir la sangre), presentado por un tal Jose Antonio Ovies (que condujo en Telemadrid la retransmisión de la manifestación ultrahomófoba del año pasado por las calles de la ciudad), la zona de Madrid recomendada esta semana, casualmente, fuese el barrio de Chueca –utilizando para colmo a una persona nada homófoba, como Marta Sánchez–? No sé, a mí, más que una casualidad me parece un sutil intento de parecer la televisión más moderna del “mundo mundial” justo en periodo electoral. En fin.

No sé: a lo mejor todo este post es una “comida de coco” mía, pero por lo menos me he quedado a gusto, jeje ¿Qué opináis?

sábado, 19 de mayo de 2007

Una cena CASI perfecta

¡Hola! Como os prometí, os contaré como fue ayer en la cena con mis amigos de la universidad: no estuvo nada mal, la verdad. Fuimos al restaurante de un actor que se llama Bruno Squarcia (a lo mejor por el nombre no caéis, pero está en el musical Mamma Mia! y ha salido en un montón de series: con todo lo que os digo –y a poco que investiguéis– ya habréis dado con el nombre del restaurante, je). Yo había estado un par de veces hace tiempo y la verdad es que me encanta la comida italiana (viví un año en Roma hace ya unos añitos) que tiene. Y por eso quería invitar a mis colegas.

A las nueve y media de la noche llegamos al restaurante y, para mi sorpresa (sabía que él era el dueño, pero no lo había visto allí las otras dos veces), fue él quien nos atendió, nos llevó a nuestra mesa y, más tarde, entre bromas y gracias, nos dijo de viva voz todos los postres que tenía (nos dieron ganas de pedirlos todos, de verdad, jeje…la boca agua…) y, ya cuando nos íbamos, nos contó la última película en la que él va a salir y nos despidió, dándonos la mano a los chicos y dos besos a las chicas. Por cierto: a mi también me hubiera gustado recibir un par de besos, la verdad, no sólo porque tiene el tío un morbazo increíble, sino porque, en Italia –en Roma, al menos, aunque yo creo que en toda Italia– los chicos se saludan entre sí dándose dos besos en las mejillas (¡paradojas de un país famoso por su machismo!: aquí sólo nos damos besos entre chicos cuando somos familia –un tío a un sobrino, por ejemplo– o entre gays, actores, etc…¡qué pena que sea así!).

Bueno…vamos a la cena: estuvimos hablando, riendo, haciendo bromas…en resumen: que me lo pasé bien…Además, me regalaron entre todos un maletín muy “fashion” y muy bonito del ZARA. Y ellos a cambio me dijeron que les había gustado mucho el sitio (o sea, que triunfé invitándoles, je). Así que no está mal.

Sin embargo, el “CASI” del título de mi post tiene un motivo que ya imaginaréis: me hubiera gustado no tener que quedarme para mí cosas que pasaban en mi cabeza durante la cena, como…“qué alto es este actor, qué guapo y que morbo que tiene, sobre todo cuando “parla in italiano…” y cosas así…En fin. Me gustaría decidirme un día y, contarle, al menos al grupito al que invité, que me gustan los chicos. De ellos, sólo lo sabe una, a la que cuento prácticamente todo desde hace tiempo (he hablado de ella alguna vez en mis post), aunque también es posible que se lo haya dicho a su novio –muy guapo, y con una sonrisa increíblemente seductora–, y también a otra amiga mía que estaba en la cena, aunque a ella es posible que no…no sé. El que seguro que no tiene ni idea es el quinto del grupito de cinco que íbamos el viernes a cenar (David se llama…y no tendrá ni puta idea, pero, paradójicamente, le he visto prácticamente desnudo: compartimos habitación en un viaje a Estrasburgo que hicimos con la universidad…y como único pijama utilizó unos calzoncillos boxer…¡ayyyy!, dejando al aire unos pectorales fuertes y muy bonitos). Así que, como veis, ese “CASI”, tiene “tela”…pero sobre todo, pesa un montón…a ver si un día me decido…aunque, como no me canso de repetir, eso será cuando prevea que no sufriré daño…porque ya me han hecho bastante a mis 27. En fin…

miércoles, 16 de mayo de 2007

A ver qué pasa

Bueno, chicos, por fin esta tarde me he decidido a invitar a los compis de universidad a cenar el viernes. ¡Veremos a ver qué dicen! Ah, gracias, Sonia y Juan Ángel (y a todos los del blog de Max) por vuestros comentarios y ánimos. Sabeis, haciendo comentarios en el blog de Max siento que formo parte de un grupo grande, divertido y, sobre todo, vivo. ¡No está nada mal!¡¡¡Saludosssss!!!

domingo, 13 de mayo de 2007

¡Viva el rollo bollo!: comentarios sobre Eurovisión

¡Holaaaa! ¡¡¡¡Viva el rollooooo bollloooooo!!!! Acabo de ver el festival de Eurovisión y creo que quien ha ganado, Serbia, se lo merecía de verdad. Una voz potente, muy compenetrada con el resto de las chicas, y cantando en serbio, o sea, en su idioma. Cuando la he visto, he dicho...¡qué buena la canción!. También me ha gustado ese rollo tan divertido y "Puturrú de fuá" de la drag ucraniana. En cambio, los D'Nash no me han gustado nada: ese rollo de canción latina de "todo a cien" y esa estética de..."me he llevado todos los saldos de la tienda Dolce & Gabanna" no me molaba nada.

Ahora mismo tengo de fondo el especial de Eurovisión en La Primera y me hierve la sangre oyendo a Iñigo, Amestoy, Mariano Mariano y una chiquita vestida con un vestido a lo cebra...hablando de "convención gay", "utilización de la condición sexual para ganar", "utilización del lesbianismo sin complejos" y otras opiniones igual de naftalínicas. O sea, resulta que cuando una chica (la ganadora, en concreto) va con el pelo cortito y traje de corte masculino...resulta que va haciendo propaganda de su condición de lesbiana. Y si un hombre va vestido a lo tejano (sombrero tejano, vaqueros apretados, etc...como pasó algún año de estos), entonces está bien porque va de supermachote, ¿no? Puagggggggh!!! A ver si nos enteramos de que cada cual tiene derecho a mostrarse como es, sin complejos, y no por eso está haciendo apología de nada. !!!!!Ufff, qué rabia!!!!

sábado, 12 de mayo de 2007

Más que una cena

Son algo más de las dos de la mañana. Estoy en casa. Qué triste, de verdad. Desde hace ya unos cuantos días llevo pensando en invitar a mis amigos de la universidad para cenar por mi cumpleaños, que como sabéis fue hace poco. Pero el caso es que a medida que se va acercando el viernes se me van quitando las ganas. Por distintos motivos (si veis anteriores post, especialmente los de mi anterior dirección blog, podréis aproximaros un poco al porqué) he desarrollado una desconfianza hacia ellos, un sentimiento que me duele dentro, del que no estoy contento pero al mismo tiempo no puedo evitar. Me gustaría que la próxima semana me viniesen las ganas y quedar con ellos para cenar en un restaurante italiano pegadito a la Plaza de Ópera (para los que no sois de Madrid, un sitio bastante céntrico y no muy lejos, sobre todo, del Teatro Real y tampoco de la Puerta del Sol), del que no diré el nombre –si os acercáis por la zona, no os costará descubrirlo, y hacen unas pizzas increíbles– y luego dar un paseo hasta La Lupe de Chueca, para bailar un rato.

En realidad creo que lo que me echa más para atrás es que sólo una de ellos saben que soy gay, y eso me hacen no ser yo mismo cuando voy con ellos. He ido varias veces a La Lupe, pero como iba con ellos siempre me he sentido muy cortado (y tampoco ellos me han dado muchas muestras que me diesen pie a tener una confianza con ellos hasta el punto de actuar libremente delante de ellos), cuando lo que me gustaría es encontrar allí a alguien especial con quien bailar, reírme, y comenzar a enamorarme. Sobre todo, lo que más me pesa es tener 27 años y no saber que es estar enamorado de alguien. Y cada vez se me hace más duro.

En fin…¡vaya comida de coco que os he soltado para empezar el fin de semana! Nos vemos. Gracias por estar ahí.

lunes, 7 de mayo de 2007

Momentos suecos

Hola a todos y gracias por los buenos deseos que me dejáis en los comentarios. Hoy me gustaría hablar de algunas sensaciones que tuve durante mi viaje a Estocolmo:

-El paseo panorámico en barco: lo cogimos el sábado de Semana Santa, un día antes de volver a Madrid, y lo cierto es que no me gustó demasiado, la verdad. Durante todo el viaje (de poco menos de una hora) sentí que estaba pasando por un bajón. Miraba desde el barco a las orillas, pero sin fijarme en nada, con la mirada perdida, deseando que la próxima vez que visite la ciudad sea de la mano de un chico especial que, si me ve bajando los ojos de tristeza, me acaricie la barbilla, me haga levantar mi mirada hacia la suya y me de un beso cálido y dulce.

-La catedral de Estocolmo: es una construcción no muy grande, que está en el barrio más turístico de la ciudad (por cierto, a pocos metros hay un café gay, cuyo nombre no recuerdo ahora). El caso es que no suelo entrar en edificios religiosos (catedrales, iglesias y demás), pero esta vez experimenté una sensación que nunca he tenido dentro de un edificio así. No sé si fue por saber que la Iglesia Sueca podría permitir los matrimonios homosexuales en sus templos (a mí, que no soy creyente, con que el matrimonio civil entre homosexuales sea legal me es suficiente), pero la verdad es que me dio por entrar. Y lo cierto es que me sentí en un ambiente acogedor, no sé si por la modestia de su construcción (sencillas columnas góticas de modesto ladrillo visto por dentro, una gran talla de San Jorge y el dragón –que inevitablemente me transportaba a Barcelona en mis recuerdos– y una dimensión humana y no grandiosa del edificio) o por qué, pero me supo bien sentir cierta sensación de acogimiento en un templo. Nunca me había sentido así…pero, aun así, eso no me hace creer, puesto que la Iglesia en otros muchos lugares no sólo no me acoge, sino que me echa fuera y me odia. En fin…

-Tíos buenos: por la calle ví un montón de chicos que no estaban nada mal, pero destacaré dos: Christoff, un alemán que hace de guía en el Ayuntamiento de Estocolmo (donde se celebra la cena de los premios Nobel), muy simpático y guapo, y además políglota; y un empleado de las líneas aéreas SAS que descubrí mientras esperaba en la cola única para los distintos mostradores de facturación del aeropuerto de Arlanda-Estocolmo cuando volvíamos a Madrid. Finalmente no me tocó con él, pero por unos momentos me deleité la vista en él, unos años mayor que yo seguramente, vestido con un traje azul oscuro de empleado de tierra, que le hacía más guapo aún y le resaltaba unos ojos y una cara preciosos. Pero, como tantas otras veces, todo quedo en eso.

Por hoy nada más. Un último comentario: de fondo en la tele, en CNN+, el resultón presentador de las noticias de noche –Roberto se llama– repite la noticia fatídica: Sarkozy (personaje con el bronceado artificial de Eduardo Zaplana y la cara del periodista J.J. Santos) será el nuevo presidente de Francia. Una mala noticia para los gays, desde luego.

lunes, 30 de abril de 2007

Coincidencias

¡Hola! Si, es verdad, Sonia, este domingo 29 ha sido mi cumple. Curiosamente, la nueva Infanta Sofía también cumplirá años el mismo día que yo. Me alegra la coincidencia, pero no por ninguna razón de afición a la monarquía (no soy monárquico: pocas instituciones tan homófobas como esta, entre sus muchos defectos), aunque eso no quiere decir que al volver de cenar con mi familia no haya estado viendo –mi vena periodística aflora, con la dosis de cotilleo que todo español lleva dentro, je,je– los programas que todavía estaban dedicando un montón de informaciones de archivo a la noticia del día. Decía que me alegra, por la sencilla razón de que alguien recordará que este día es mi cumpleaños, sólo por la coincidencia en la fecha. Diréis… “quien se acuerde de tu cumple sólo por eso muy amigo tuyo no debe ser”, pero hay casos que no son así: mi abuela, por ejemplo, pobrecita, cada vez se le va más la cabeza, pero cuando se ha dado cuenta me ha estado un buen rato poniéndome colorado diciendo lo buen nieto que soy, etc, etc. Así que, si el que hoy haya nacido Sofía sirve para que alguien más se acuerde de mi cumple, bienvenido sea.

Otra cosa: me ha dado el subidón cuando he abierto esta noche el blog y he visto 7 comentarios a mi último post, así que, ¡muchas gracias, Sonia, Osane, becario (una cosilla: las pastillas que tomo son con receta de la terapeuta, no me automedico, je, pero gracias por el consejo), y, sobre todo, Max (cuando sales por la tele, me haces pasarlo bien y sonreir, gracias por ello). Os agradezco de verdad todos vuestros comentarios, me hacen sentir más acompañado. Os espero, tanto aquí en mi blog, como en el de Max. ¡¡¡¡Besos para todos!!!! ;D

lunes, 23 de abril de 2007

Urgencias

Hoy me he levantado inquieto. Creo que fue porque se me pasó tomarme las pastillas de la noche (Seroquel 300 para la ansiedad y Mirtazapina 30 para dormir, pero eran las 3 de la mañana, y el sueño vino solo). El caso es que esta mañana me he levantado inquieto. Y así se lo he dicho a la terapeuta (hoy tenía consulta). También le he dicho que he soñado con que estaba en medio de un capítulo de Urgencias. Y así ha sido. He soñado con que estaba quieto en medio del pasillo del hospital, viendo todo lo que pasaba, como si las camillas, los enfermos, todo, pasase a través de mí, como si yo no existiese. Era una sensación muy rara. La agitación y el ajetreo del hospital a esas horas no iban conmigo, pero me afectaban de igual manera.

Se puede decir que esa es la sensación de mi día a día: el mundo, las horas, pasan a través de mí, y me dejan herido, magullado, por dentro, poco a poco, y me hacen sentir que no existo, que no importo a los demás (excepto a mi familia), que soy prácticamente invisible para ellos, a pesar de mis señales de socorro y de necesidad de afecto. Pondré un ejemplo: hace unos días cuando estuve en Estocolmo se me ocurrió escribir un par de postales a mis dos amigas especiales (nada que ver con la atracción sexual, ya sabeis) de Barcelona, con la idea de que les haría ilusión recibir una postal en estos tiempos tan poco habituados a la comunicación postal. Bueno, el caso es que esperaba unos días después alguna señal, siquiera sugerida, de respuesta a mi inusual impulso de escritura manual y viajera.

Pero no hubo tal cosa. Sólo necesitaba al menos un par de líneas en un e-mail breve, un mensaje cortito de móvil o algo parecido, diciéndome “gracias por tu postal, me ha hecho mucha ilusión, hace mucho tiempo que no recibo una, gracias por acordarte de mí”, a modo de burbuja de oxígeno balsámica en medio de la depresión. No es pedir mucha cosa. Pero ni siquiera eso es posible.

miércoles, 4 de abril de 2007

Estocolmo

Hoy debería estar contento. ¿Por qué? Porque en la madrugada de mañana saldré camino a Estocolmo para pasar allí unos días. Dicen que una ciudad preciosa, digna de ser visitada y con muchas cosas para ver.

Pero la verdad, mi verdad actual, es que no siento felicidad ni ilusión para nada. Sólo pensar que tengo que hacer la maleta hace que sienta una pereza inmensa. No es por el destino, entendedme, puesto que si me gusta conocer la capital sueca. Es sólo que me gustaría conocerla pensando que en el resto de mi vida hay alguien aparte de mi familia que quiere mi felicidad y, lo que es más grande, que me quiere y le gusta estar conmigo y hacerme feliz. Y que hace que yo sienta lo mismo con respecto a él.

Sin embargo no es así: caminando por la bella Estocolmo, comprando en una tienda de recuerdos, haciendo una foto, cenando en un restaurante agradable o descansando en el hotel…no dejaré de sentir una enorme y amarga soledad en lo más profundo de mi corazón. Y así no hay quien disfrute no sólo de unas vacaciones sino de cada día de la vida.

domingo, 4 de marzo de 2007

Álbum de sueños

Hoy os contaré una de las costumbres que tengo para intentar hacer siquiera un poco más llevadera esta soledad amarga en la que vivo. Veréis: cuando navego por Internet y leo las ediciones online de los periódicos más conocidos suelo guardarme las fotos de aquellos personajes conocidos que me parecen atractivos físicamente: políticos (preferentemente no de derechas -mi criterio es el atractivo físico, pero coincide que del PP el único tío que tengo en el álbum es el valenciano Esteban González Pons- ni nacionalistas, aunque no puedo evitar tener una colección bastante extensa de fotos del pedazo de tiarrón Artur Mas), presentadores (esos que me hipnotizan cuando salen presentando el telediario o bien me obligan a ver secciones que normalmente tampoco me llamarían necesariamente la atención -caso del presentador de deportes de A3 Manu Sánchez, con su hermosa cara de niño y su sonrisa pícara)-, actores (incluyendo, como no podría ser de otra manera, al Tauro -ese es mi signo- George Clooney, pero descubriendo también el morbo de una belleza como Omar Epps o del mismísimo Hugh Laurie, los dos de la serie House) y otros personajes conocidos que entran a formar parte de mi álbum particular y me ayudan casi imperceptiblemente en los días en los que el sabor ingrato de la soledad alcanza el momento de irse a la cama. En ese momento, encender el ordenador y darme un breve paseo por sus fotos, me sirve para irme a mi habitación con una fugaz sensación de compañía, muy pequeña, pero que concede algo de alivio a mi mente, aunque sólo sea por un momento.

miércoles, 28 de febrero de 2007

Desconfianza

Me siento solo. Y no parece existir nadie que se dé cuenta aparte de mi familia. No me fío de los demás. Como un día le expliqué a la psicóloga, esa desconfianza tiene una razón de ser cultivada desde hace un montón de años. Desde que era muy pequeño he sentido la hostilidad del mundo contra mí. Ya en la guardería era el regordete, característica que hacía que los demás se creyesen con derecho a meterse conmigo y reirse sin piedad. En el colegio fue más de lo mismo: yo era el “bola de sebo” a quien las risas y burlas ajenas hacían en mi el efecto de cuando alguien acerca su dedo a los cuernos del caracol y éste se mete en su concha para sentirse momentáneamente seguro. No sólo eso: los demás identificaron rápidamente en mí a una persona de quien burlarse sin descanso y a quien ir empujando hacia atrás lentamente y durante años. Podría seguir explicando el origen de mi desconfianza casi patológica hacia los demás, pero no quiero no dar más pena que sumar a la que siento por mi mismo. Sólo sé que cada día me acuesto deseando que, al día siguiente, el mundo me dé algún motivo para creer en la bondad ajena. Pero siempre pasa lo mismo: que el día me sabe amargo nada más despertar. Y no es justo. Sólo quiero respuestas a los e-mail que envío, o alguna llamada inesperada de alguien de quien guardo un buen recuerdo: no hablo de novios (no he tenido ninguno a mis 26 años) sino de mis amig@s de Barcelona, con quien me sentía a gusto y que me hacían olvidar siquiera momentáneamente la amargura de la soledad. Pero ni siquiera eso tengo.

jueves, 15 de febrero de 2007

Inercia y deseos

Esta tarde he ido al gimnasio. Con mi hermana. Más por inercia y por no pasar todo el día entre cuatro paredes que por otra cosa. Mientras iba sentado en el coche, me invadía una sensación próxima a la nausea, la que se nota cuando tienes ganas de llorar en ese preciso momento pero el pudor te lo impide. Una sensación horrible, lentamente dolorosa, pero no extraña para mi. Hace mucho tiempo que conozco ese malestar que provoca la soledad y el conocimiento cierto de que ésta no desaparecerá en unas horas por arte de magia. No pido tampoco eso. Sólo me gustaría comenzar a ver una lucecita cuando repaso el día en esos momentos de consciencia anteriores al sueño. Pero desgraciadamente no es así.

Incluso unas risas con el novio de mi hermana en el gimnasio me saben amargas. Él tiene casi todo lo que me gusta en un hombre: es tierno, no tiene miedo a mostrar sus emociones, tiene buen humor y, sobre todo, parece buena persona. Si existiese la clonación, me haría una copia del chico con una única modificación: que fuese homosexual. El caso es que todas esas cosas positivas que veo en él me saben mal, porque sé que no tengo a nadie, a pesar de que cada vez lo necesito más. Sufro ese dolor porque las veo lejos, muy lejos, aunque yo intente buscar como salir. Y ya no soporto tanta amargura durante tantas horas de mi vida.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Tarde de San Valentín (y otras similares)

Odio estas fechas en las que sales a la calle, ves la tele o escuchas la radio y todo te recuerda que debes ser feliz por obligación. Por eso hace ya muchos años que no me gusta la Navidad, porque desde inicios de noviembre (y cada vez antes) hasta pasado el 6 de enero todo es un cursi sentimiento ficticio de que todos debemos ser buenos y querernos mucho, incluso llamando y deseándole Felices Fiestas a familiares con los que no te hablas en todo el año.

Por esas mismas cosas, tampoco me gusta el día de hoy, San Valentín, porque durante todo el día e incluso antes (el sábado pasado escuchaba en la radio un programa sobre tecnología, y la mayor parte del tiempo estuvo dedicado a proponer regalos que dar por esta fecha, hay que joderse) la tele, la radio, Internet, me recuerdan que muchísima gente tiene a quien regalar algo especial, pero yo no. Y eso duele, porque ya me acuerdo suficientemente todos los días de lo solo que estoy, como para que encima haya un día especial en el que los corazoncitos estén por todas partes, mientras el mío no tiene por quien latir. En fin...¡que pasen pronto las horas!

lunes, 12 de febrero de 2007

Soledad y complicaciones

No sé por qué, pero la vida se me complica a cada semana que pasa, y cada vez me cuesta más afrontarla. Como ya os conté, esta semana me enteré que podría tener un trabajo en una oficina relacionada con donde trabaja mi padre. Y para mí, eso, en vez de ser una buena noticia, es un motivo más para creer que las piedras aumentan en mi camino a cada día que pasa. Para mí, trabajar allí sería estar atado más aún con un hilo virtual y pesado a mi padre.

Y eso es lo último que necesito: no puede ser que, como el trabajo es en el mismo organismo en el que trabaja él, yo –llegado el caso– no pueda tener toda la libertad de quedar allí a la puerta con mi novio, darle un beso simplemente porque me apetece sin preocuparme por si me ven mis jefes y compañeros de “curro”, que conocen a mi padre y podrían irle con los chismes homófonos de turno, metiendo la nariz donde no les llaman, y contándole lo que sólo yo tengo derecho a decidir si se lo cuento o cómo lo cuento (aunque, como he dicho ya alguna otra vez, con él, mi ideal sería la indiferencia mutua: que cada uno pudiésemos llevar nuestra vida sin molestarnos ni herirnos –sobre todo él a mí–).

La semana nueva que hace unos minutos que ha empezado se presenta teóricamente igual que las demás: psicoterapeuta hoy por la mañana, lunes y miércoles quizá yendo por la tarde al gimnasio o quizá no –no suelo tener muchas ganas de ir, a pesar de que no me vendría mal bajar algunos kilitos– y durmiendo mucho deseando que pasen los días rápido para no notar la soledad que me pesa cada vez más y me resulta tan dura.

Pero esta semana tiene una novedad que, tan bajo de ánimo como estoy, no es otra cosa que una complicación: unos maquetadores muy majos que trabajaban conmigo en otra empresa hasta el pasado julio me ofrecerán más carga de trabajo como freelance (durante estas últimas semanas me han mandado algún que otro texto bastante sencillo), cuando en realidad lo único que me apetece de verdad es quedarme en mi casa semiescondido bajo la manta para que el mundo no me agreda ni se siga burlando de mí. Suena duro, pero es así como me siento la mayor parte del tiempo, ¡¡¡uffff!!!

lunes, 5 de febrero de 2007

Un puñetazo en el estómago

Eso es lo que he sentido hoy nada más saber que le habían dicho a mi padre que me daban empleo en un área del organismo en el que el trabaja. Puede parecer contradictorio, pero la noticia no sólo no me produjo alegría, sino que me aceleró el pulso y se me tensaron todos los músculos, especialmente la espalda y, como ya he dicho, el estómago.

Me he duchado para relajarme, pero todavía me duele un poco el corazón. De hecho, no hace muchas semanas, tantas cosas que me preocupan y que son como un denso banco de niebla en mi cabeza, me aceleraron tanto el pulso que me dolía desde el corazón, todo a lo largo del brazo izquierdo, llegando a la muñeca izquierda. Tanto lo notaba que me acerqué con mis padres hasta urgencias. Allí me dijeron que era sólo una crisis de ansiedad, pero para mi era y es más que eso: es el reflejo fisico de la depresión, de la falta total de energía para trabajar poniendo ilusión en ello, cuando lo único que necesito es ocuparme casi exclusivamente de mi mismo.

Y eso es lo que intento hacer yendo a la psicoterapeuta, y siento que, si empiezo a trabajar, el horario –que me dejaron entrever que más de un día sería echarle horas extra aparte de lo convenido– me impedirá o me dificultará bastante el ir a la consulta, cuando lo necesito tanto. Por eso…tengo miedo.

Genes (paternos) malditos

La semana pasada, concretamente el martes, estuve a muy poco de lanzarme a escribir sobre el teclado después de venir del dermatólogo. La razón por la que fui era intentar solucionar la calvicie que se adivina en el claro cada vez más grande que tengo en la coronilla (un día, viendo sin querer mi cabeza a través del monitor de seguridad de una tienda de moda, me la vi y no me gustó nada). Pero el diagnóstico no fue esperanzador: el médico me dijo que, con 27 años, mi calvicie ya está bastante avanzada y que, aunque tomase una pastilla para frenarlo un poco (Propecia creo que se llama la susodicha), más tarde se seguiría cayendo, por lo que, en su opinión, no merecía la pena siquiera empezar el tratamiento. Y que lo único que podía hacer era intentar asumirlo.

Asumirlo: creo que me pasado la vida, hasta ahora, asumiendo cosas: que soy homosexual (OK, no es fácil, pero no tengo problema en considerarme como tal: los problemas los ponen los demás, ante los que yo, frecuentemente, por miedo a que me hieran no me presento tal y como me gustaría), que soy gordo (siempre lo he sido, en mayor o menor medida, aunque una vez que me lo propuse hace años llegué a adelgazar 14 kilos, y no estaba mal) y, entre otras cosas, que me quedaré con no mucho pelo tarde o temprano.

Las dos últimas cosas me llevan a odiar, casi de una manera visceral e inevitable, mis genes paternos. Especialmente en el tema del pelo. No sólo mi padre me provoca dolor inadvertidamente por el miedo que me provoca el que él supiese que soy gay (a lo que aspiro tarde o temprano es a poder vivir sin decírselo, porque sé que desde el momento en que se lo dijese me vería de otra manera, discutiríamos y oiría cosas que me harían daño), sino que (el colmo de los colmos) su genética me provoca haber heredado los kilos de más y, sobre todo, la asquerosa alopecia. En definitiva, unos cuantos motivos más para sufrir y consumir mi energía en balde.

jueves, 1 de febrero de 2007

Dejarse vencer

Ayer por la tarde me dejé vencer otra vez. No tenía ganas de ir al gimnasio. Por eso, cuando mi hermana llegó a casa preguntándome si iba, le dije que no. Me insistió un poco, pero el cuerpo me pedía quedarme en casa, sin salir al mundo exterior, en el que me siento tan débil y agredido tan a menudo. Cuando se fue, dejé caer mi cabeza sobre el sofá, deseando una vez más el consuelo de un hombre como el que presenta el informativo que acababa de empezar, y sentirme seguro entre sus brazos, comprendido, sabiendo que él seguramente habrá sufrido la imposición del silencio, el callar lo que siente, pero sabiendo que nunca más va a volver a ser así. Pero todo esto es sólo un sueño, tan lejano que duele y me hace llorar, a pesar de las pastillas que me mantienen tranquilo la mayor parte del tiempo, deprimido desde hace ya mucho. Cuando escribo estas líneas los ojos me pesan, como recuerdo de las lágrimas de ayer, que de cuando en cuando piden de nuevo salir.