jueves, 31 de mayo de 2007

Hostilidad

Esa palabra resume muchos momentos de mi vida. Desde la guardería. Ya en ella, por ser un niño gordito, ya notaba a mi alrededor las sonrisas de crueldad contra el niño que parece diferente. Puede sonar exagerado, pero no lo es: ya siendo pequeño, notaba los ojos inquisidores y burlones encima de mi. Y de una u otra manera he seguido teniendo esa sensación durante toda mi vida. Ahora tengo 27 y ya estoy harto. Por eso, intento luchar cada semana por sentirme fuerte y no dejar que los demás se crean con derecho de hacerme de menos y despreciarme. Todavía me queda un largo camino: entre otras cosas, todavía tiene que llegar el momento en el que las personas que de verdad aprecio sepan lo que siento por los chicos y no tener que esconderme. Y es que esconderse es otra manera de dejar que los demás te venzan. Y ya no quiero sentir que los demás me pueden.

Y dentro de eso entran también los políticos. Diréis que no tiene nada que ver, pero esas mayorías tan absolutas del PP en el Ayuntamiento y la Comunidad, me producen la sensación desagradable de que el lugar donde nací y donde vivo es un territorio hostil para mí. Y es una sensación que no me gusta: porque a mi me gusten los chicos, nadie tiene derecho a negarme derechos (valga la redundancia) que no se le quitan a los heterosexuales.

El caso es que pienso que Madrid no es sólo una ciudad hostil conmigo, sino también con mucha otra gente. Se dice que es una ciudad acogedora, pero yo veo que también es agresiva, llena de coches y cláxones, de personas que hablan gritando (haced la prueba de ir a otro país y os dirán que por qué hablamos tan alto), que confunden preocupación por los demás con cotilleo y curiosidad malsana…En fin, seguro que tenemos virtudes los madrileños, pero la verdad es que, siendo de aquí, me cuesta verlos.

En realidad, me gusta pensar que circunstancialmente soy un madrileño, porque coincidió que nací aquí. Me explico: viví más de un año en Barcelona y cuando estoy allí me siento como un barcelonés de origen madrileño; estuve un curso entero en Roma de Erasmus (hace ya unos seis años) y cuando he vuelto alguna vez allí me siento como en casa. Sin embargo, en ésta, paradójicamente, no puedo dejar de sentir que en un momento dado (cuando en un futuro pueda ir con un novio a enseñarle mis rincones favoritos) descubriré la ciudad hostil, las miradas inquisidoras y el ambiente irremediablemente católico de esa ciudad tan bonita. En cambio, cuando voy a Barcelona, respiro, me siento más a gusto, más libre, a pesar de que también sea una ciudad grande, con todo lo que eso conlleva. No me preguntéis por qué. Simplemente es así. Y esa sensación al mismo tiempo me duele, porque no puedo sentirla en la ciudad de donde soy. Eso es lo que yo llamo “hostilidad”.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Quizás haya llegado el momento de que de dejes de buscar la aprobacion de los demás, dejar de ver sus miradas y sus reacciones y mirarte más a ti mismo.
A lo mejor en Barcelona o en Roma, notabas que estabas lejos de la gente que te conoce y te sentias más libre.
Si estas tan pendiente del mundo, cómo vas a disfrutar del amor y de la vida.
Si tienes que compadecerte que sea por verdaderos motivos, si es que los hay, cada uno somos como somos con nuestros defectos y nuestras virtudes y así nos tienen que aceptar los demás. ¿Crees que sufrirás más cuando los demas sepan que eres gay?. Chico, sueltalo ya y por lo menos te quitas un peso de encima.
Espero que no pienses que entro en tu blog por cotilleo. Un beso.

JuanSan dijo...

No, no Sonia, por Dios: no pienso que entres por cotilleo. Más al contrario: te agradezco muchísimo todos y cada uno de los comentarios a mis posts. ¡Gracias por estar ahí!

Cuando digo lo del "cotilleo y la curiosidad malsana", en realidad es más una observación general sobre la sociedad, donde triunfan en la tele los programas donde se grita, se insulta...y creo que en realidad eso no deja de ser reflejo de una parte de la sociedad.

Anónimo dijo...

Gracias por contestarme, porque a veces no sé si lo que te digo, te sienta bien o mal. Siempre va con la mejor de las intenciones, hacerte saber que no estas solo e intentar animarte y hacerte ver lo que no ves, que eres una persona con virtudes y defectos pero como tal, tienes derecho a ser feliz y sólo tú puedes conseguirlo.
Un beso y feliz fin de semana, disfrutalo.