sábado, 2 de junio de 2007

Hace ya unos veranos

Inspirado por Max, hoy recordaré como eran mis veranos hace ya unos cuantos años, cuando era bastante más pequeño.

Era mitad de agosto en el norte y mitad en el sur. Del norte recuerdo ver bancos de pececillos con sólo asomarme a la terraza de mi casa (hasta que pusieron allí una mole de cemento para celebrar las fiestas patronales cada año e hicieron el muelle del pueblo mucho más grande), escuchar a mi visabuela contarnos historias que inventaba en ese mismo momento mientras le daba al pedal de la máquina de coser, tomar riquísimos bizcochos hechos por ella en un molde redondo, tomar lechuga fresca y carne jugosa que se comía sólo con tenedor (por lo blanda y rica que estaba). También recuerdo un malecón con mucho encanto compuesto casi totalmente por casitas bajas y con un solo edificio alto (no como ahora, que ya se ha estropeado todo con construcciones nuevas).

Luego nos íbamos para el sur. De allí recuerdo partir almendras –que habíamos cogido la tarde anterior en el campo– en el borde de la acera con una piedra, justo después de comer, mientras mi abuela fregaba toda la casa y no nos dejaba entrar. Cuando nos cansábamos, entrábamos con cuidado (el suelo no estaba del todo seco) para ver “El Coche Fantástico”, “El equipo A”, “V”, “El Superhéroe Americano”, y otras tantas.
Recuerdo unas migas riquísimas y un arroz con pavo o conejo como no se podía probar en ningún lado (ahora, con la edad, ya ha perdido el toque, la verdad).
También recuerdo cosas malas (mis padres discutiendo en el coche porque mi abuela paterna nos había regañado por no estar a las dos en punto para la comida, por ejemplo), pero he preferido poner algunas de las buenas. Pero, además, recuerdo sillas como la del post de Max, con dos patas encima de la acera y otras dos fuera, con la gente del pueblo balanceándose y mirándonos pasar por delante –y a veces teniendo que levantarse para dejarnos pasar, por lo estrecha de la calle, por nuestra llegada al pueblo–. En fin, recuerdos de hace ya mucho tiempo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué bonito!, sobre todo la primera parte. Me encanta ese toque de estar rodeado de naturaleza.
Al igual que recuerdas lo bonito del pasado, busca lo bueno del presente y disfrútalo. Un beso

JuanSan dijo...

¡Hola, gracias! Lo he puesto un poco más extenso y detallado aquí porque si lo hago en el blog de Max, me da la sensación de que utilizo mi comentario más para hablar de mi que de lo que dice Max o los demás, je. Además, aspiro a que, como haces tú, más de uno pulse en el enlace para leer algo de mi blog.

Gracias por los ánimos. ¡Buen domingo!